Expresividad vital a través de la luz en la Capilla del Rosario de Matisse en Vence

Redacción Tec.

La capilla del Rosario de Vence, Francia (1950) es considerada la última obra realizada por Henri Matisse. Una obra que refleja la superación y sublimación a la que el ser humano, en circunstancias completamente adversas puede alcanzar. Expresa de manera directa el paso entre el dolor –las escenas de la Pasión de Cristo– y la alegría de la vida en las vidrieras que rodean la nave y culminan junto al altar.

Henri Matisse. Interior de la Capilla del Rosario. Artwork: © Succession H. Matisse/ Dacs 2018 Photo: Mikiko Kikuyama.

En 1941 Matisse había superado una operación de cáncer de duodeno, una gripe, sufrido dos embolias pulmonares y padecía una hernia intestinal que le impedía permanecer erguido. Europa estaba en plena guerra y tuvo que trasladarse a una región en el interior, más beneficiosa para su salud: la Villa Le Rêve en Vence. Su mujer y su hija fueron arrestadas por la Gestapo y permanecieron varios meses encarceladas. Y ante una situación completamente adversa, desde el punto físico y emocional, Matisse cuyas facultades para pintar eran muy limitadas, recurre a recortar papeles pintados al gouache y al pequeño formato, principalmente ilustración para obras publicadas por el editor Emmanuel Teriade , para seguir expresando una inaudita alegría por vivir, a través del color, y de una expresiva figuración basada en formas de la naturaleza.

Henri Matisse, planta y programa iconográfico de la Capilla del Rosario. Vence, Francia.

En Vence coincidió con la hermana dominica Jacques Marie (Monique Bougeois), quien había sido su enfermera en Niza y con quien retomó el contacto y la amistad puesto que le ayudaba en el trabajo de la creación y recortes de papel para sus trabajos editoriales.

Capilla del Rosario en Vence. Fachada sur.

Capilla del Rosario en Vence. Fachada norte. ©Succession. H.Matisse. Photo: © Mikiko Kikuyama.

En Vence las Hermanas Dominicas contaban con una construcción muy básica como capilla, poco más que un cobertizo. La hermana Jacques Marie pidió consejo a Matisse para enriquecer el pobre interior con unas vidrieras, que el artista asumió como un encargo al que se dedicaría casi en exclusividad durante cuatro años (1947-1951).

Matisse no se limitó a las vidrieras iniciales, sino que hizo construir un nuevo edificio que alojase el programa iconográfico que había diseñado.

Dibujo la capilla en planta en L, con una nave mayor principal con el altar colocado en diagonal para dirigirse también hacia el ala menor en donde se situaban las monjas de la congregación.

Henri Matisse desarrolló diversos artilugios y estrategias para continuar dibujando y trabajando a pesar de su estado físico.

Contraste de la expresión gráfica: la sobriedad de la línea frente a la vitalidad del color

Recurrió a su experiencia con su trabajo con papeles recortados, en los que se basarían las vidrieras con la diferencia de que estas últimas trasluciría la luz.

Henri Matisse, boceto para las vidrieras de la Capilla del Rosario. Vence, Francia.

Henri Matisse, boceto para la vidriera junto al altar de la Capilla del Rosario. Vence, Francia.

La luz era el elemento que construía esta capilla. Iluminaba las paredes revestidas de azulejos de esmalte blanco sobre los que en trazos negros Matisse representa el máximo dolor: el Via Crucis, que se compone de 14 escenas que describen el calvario que sufrió Cristo hasta su crucifixión. Frente a la representación habitual en escenas o símbolos separados, Matisse realiza un único panel de dibujos aparentemente desordenados, como de pintura rupestre, que acentua el desasosiego de la escena. Hacia el altar el programa crece en optimismo, primero con un panel dedicado a María en gracia y a continuación, la figura de Santo Domingo, ambas dibujadas en trazos negros pero cuya monumentalidad aportan la serenidad necesaria para aceptar y afronta la vida, que culmina explotando con la luz y el color de las vidrieras, máxima expresión de la alegría que transmite la esperanza.

Interior de la Capilla del Rosario. Vence, Francia. Murales del Via Crucis sobre la entrada y el dedicado a Maria. Fotografía: Nick Khaler.

El tema elegido para las vidrieras fue la descripción del Árbol de la vida en el libro del Apocalipsis de San Juan: “Un árbol de la vida que daba doce frutos, cada fruto en su mes, y las hojas del árbol era saludables para las naciones.”

Interior de la Capilla del Rosario. Vence, Francia. El altar con el mural dedicado a Santo Domingo.





La capilla del Rosario, dolorosa y alegre, fue para Matisse “El fiel retrato de un gran libro abierto”1

Notas

1.      Essers, Volkmar. Ed. Benedikt Taschen, Colonia, 1986. P.90.

La autoría de las imágenes es difícil de determinar porque se hayan repetidas en varias fuentes. Las principales website de las que se han extraído han sido:

Mikko Kikuyama

Arquitectura y cristianismo

Nick Kahler

Chapelle Matisse

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Editado por:

Redacción Tec.. Tectónica

Publicado: Apr 12, 2020

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