Parque infantil en la cubierta de un hospital, de padilla nicás arquitectos

padilla nicás arquitectos, Francisco José Padilla + Juan Manuel Nicás

Un espacio mágico y lleno de color es lo que ha proyectado padilla nicás arquitectos para unos niños que necesitan olvidar por unos momentos la dura realidad del hospital donde se encuentran. Un parque infantil sobre la cubierta de un edificio donde poder jugar sobre un blando suelo o bajo unas duras nubes de hormigón.

Fotografía: José Hevia

El texto que sigue a continuación, en color azul, es un extracto de la conversación que tuvimos en torno al proyecto entre Juan Manuel Nicás y Francisco José Padilla con Berta Blasco y JM Marzo de Tectónica.

Es ésta una obra especial para el estudio padilla nicás por dos razones, la primera porque tratan con un usuario al que quisieran dar lo mejor de sí mismos, niños hospitalizados, y segundo porque se trata de una obra de Rafael Moneo, despacho en el que estuvieron trabajando ambos en los primeros años de su vida profesional. Además, Paco Padilla, junto con otros compañeros, llevó la obra del Hospital. Es, por lo tanto, un edificio que conocen bien y que respetan mucho.

Axonometría de la propuesta

Esta relación con el edificio es el origen del encargo. Hace seis años Rafael Moneo recibió el encargo de la Fundación Juegaterapia de proponer un área de exterior para los niños en el ala materno infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y Moneo respondió que conocía a las personas que creía que podrían ser las adecuadas. Y así empezó este proyecto. 

La Fundación Juegaterapia surgió en 2010 de una forma casual, con el regalo de una Play Station a un niño diagnosticado de cáncer. A partir de ahí, de investigaciones sobre los beneficios del juego en el bienestar de quien está en tratamiento para superar la enfermedad, la Fundación se encarga de repartir juegos provenientes de donaciones y construir parques infantiles en las cubiertas de los hospitales con niños ingresados en ellos. 

Vista aérea

Fotografía: José Hevia

Cuando la Fundación encargó a padilla nicás la intervención en el ala materno infantil del Hospital Gregorio Marañón les dejaron una gran libertad de actuación: “La fundación, por su experiencia, sí nos transmitió que querían muchos juegos, que hubiera muchas opciones de actividad, que pasaran cosas”. La Fundación les entregó una relación de empresas que ofrecían juegos para parques infantiles y 1.240 metros cuadrados para transformar en un mundo radicalmente diferente al que viven a diario los niños en el interior del hospital.

Paco Padilla y Juanma Nicás pensando en ofrecer un espacio que tuviese impacto en los niños y que hiciera que les apeteciese salir al exterior, lo que suponía un beneficio añadido a la juegoterapia, propusieron un jardín de colores que se apoyaba en el propio edificio del Hospital que servía como fondo tranquilo y neutro a este estallido cromático.

Fotografía: José Hevia

El equipo médico que trata a los niños sí insistió en dos temas que había que tener muy en cuenta: la sombra y la seguridad. Son niños que necesitan estar siempre protegidos, no les puede dar el sol directo y pueden salir sólo en algunos momentos del día y en algunas épocas del año, así como no deben estar expuestos a peligros de caídas, cortes, tropiezos…

Con estas premisas se enfrentaron a la cubierta de un edificio que conocían bien. La ingeniería que había calculado el Hospital, dirigida por Alejandro Bernabéu, con quien mantienen una buena relación profesional y personal desde aquellos años, colaboró también en la intervención. El forjado sobre el que se apoyaban sabían que era firme, una losa de 40 cm de espesor, entre otras cosas porque tenía que soportar el peso de una gran grúa encargada de transportar la barquilla para la limpieza de la fachada y los patios. Eliminar esta grúa y los carriles por la que se desplazaba fue el primer reto del proyecto porque había que convencer a la dirección del Hospital que se mantendría la posibilidad de limpiar la envolvente, reservando espacios para un trabajo que llevarían a cabo profesionales en limpieza mediante descuelgue vertical.

Detalle de planta: zona infantil a la derecha, zona de adolescentes a la izquierda y cuerpo de conexión en amarillo. perimetralmente se aprecia el pasillo para mantenimiento y limpieza de la fachada. Ver ampliado

Planta general con las distintas zonas. En la zona superior: Para niños pequeños (sobre la fachada principal de la calle O´Donnell), arriba a la derecha y para adolescentes, arriba a la izquierda. En la parte inferior se encuentra el área para familias y niños. Uniendo las dos zonas se sitúa la galería de conexión cubierta (color amarillo).

Planta general con la disposición de las "nubes" o parasoles de losas de hormigón.

Además, hay que señalar la suerte que supone que un hospital materno infantil en el centro de la ciudad disponga de una cubierta con tantos metros cuadrados lisos, sin diferencias de nivel ni poblado de equipos de instalaciones, que en este edificio ocupan una espina muy ordenada. El “jardín”, como lo llaman los arquitectos y la Fundación, se desarrolla a ambos lados de esa espina, dos zonas diferenciadas que se unen mediante un pasillo cubierto.

Fotografía: José Hevia

Una vez dispuesta la zona de intervención y eliminados los raíles de la grúa primero hubo que levantar los elementos de sombra, tan importantes en este espacio. Al principio del proyecto se barajaron muchas formas de materializar esa sombra y finalmente padilla nicás se decantaron por crear unas ‘nubes’ mediante láminas de hormigón de cemento blanco de 20 centímetros, porque era la solución que de verdad aseguraba la mejor sombra, además de aportar unas cualidades plásticas muy interesantes. 

Como estas losas blancas, que pueden llegar a los 11 m de longitud, pueden ser impactantes para un niño pequeño, en la cara inferior también se procuró que “ocurriesen cosas” y por eso se incrusta un mosaico de teselas de vidrio, que aporta reflejos, unas piezas de pavés circulares para romper la dimensión y unas juntas sinuosas que dividen la losa en tres o cuatro piezas, sin función técnica alguna.

Plano descriptivo de la losa de hormigón. Ver ampliado

Fotografía: José Hevia

Mosaico vítreo colocado en la cara inferior de la losa para producir brillos y reflejos. Ver ampliado

El apoyo de las nubes fue también muy estudiado. Debía ser liviano, casi inexistente y serían los únicos elementos atornillados a la losa del forjado porque se quería evitar al máximo atravesar la capa de impermeabilización. Se definieron dos tipos de soportes, todos en tubo de acero, unos más esbeltos, de 6 cm, que iban en parejas o en tríos que, inclinados despistan sobre su función sustentante. Son los que transmiten las cargas verticales, pero al estar sobre una cubierta hacía falta también algo que anclara el elemento de la nube y aguantara torsiones y empujes de viento, que son los soportes más gruesos, de 10 centímetros. También hubo que tener en cuenta que todos los soportes de una nube estuvieran apoyando al mismo lado de la junta de dilatación del edificio.

Fotografía: José Hevia. Se cuidó especialmente el acabado del pavimento para que tuviera un extra de amortiguación, recurriéndose al sistema comfortfloor de Sika .

El segundo elemento clave de la intervención era el pavimento, que debía ser muy seguro y ofrecer un acabado con la gama de colores definido por padilla nicás. Se eligió como última capa Sika comfortfloor porque aseguraba una mayor amortiguación, y fue Sika quien finalmente se encargó de definir todo el revestimiento, todas las capas del pavimento, porque había que eliminar cualquier riesgo de filtración de agua hacia el hospital y ser muy concienzudo en la aplicación de la impermeabilización.

El acabado final se diferenciaba con dos texturas. Para la superficie que no fuese de juego, que fuese simplemente de paso, el acabado es liso y en la zona de juego, en la que se aplicaba la solución que amortigua la caída, padilla nicás quiso que se entendiera como una alfombra, y se opta por un acabado rugoso.

Fotografía: José Hevia

Como ya se ha descrito, el jardín está dividido en dos zonas unidas por un pasillo cubierto que responden a una diferenciación por edades y por la situación en la cubierta del hospital.

El acceso se realiza a través del núcleo de ascensores situado en un extremo de la intervención. Esa primera zona corre paralela a la calle O’Donnell, una vía con mucho tráfico que deciden destinar a los niños más pequeños que desarrollan actividades más animadas.  

Planta general. Ver ampliado

A partir de allí, un estrechamiento alcanza un rincón más reservado que han pensado para reunión de los adolescentes, porque la edad de los pacientes alcanza los 18 años y en esta etapa sus necesidades son muy diferentes a la de los más pequeños.

Fotografía: José Hevia

Al otro lado del pasillo, una larga mesa con alturas para adultos y niños define la zona en la que la familia puede reunirse con más privacidad y tranquilidad porque esta zona de la cubierta da a una plaza menos bulliciosa que la calle O’Donnell. Nos comentan padilla nicás que la mesa, de chapa de acero, ha servido también para tener clases al aire libre.

Fotografía: José Hevia

Y la unión entre ambas zonas se realiza a través de un pasaje cubierto que padilla nicás proponen como una pieza de ilusionismo, un recorrido con las paredes forradas con una lámina de espejo que refleja el pavimento amarillo, que, como una alfombra de bienvenida, se ha prolonga en ambas entradas.

Planta y detalles constructivos del pasaje cubierto forrado de lámina espejo. Ver ampliado

Fotografía: José Hevia

Este pasaje, además, da acceso a las instalaciones cuyas puertas están camufladas entre espejos y que exige un especial cuidado en la protección contra incendios que explica el detalle de la estructura metálica del falso techo que evita una hipotética propagación del fuego.

Fotografía: José Hevia

Y, finalmente, toda la intervención está delimitada por un cerramiento de malla deployé lacada en blanco que estudiaron con especial atención para lograr un cierre que pasara casi desapercibido y que también dialogara con el propio edificio, ya que era visible desde el exterior. Comentan Paco y Juanma que cuando Rafael Moneo visitó la intervención se fijó especialmente en este elemento, un filtro horizontal que se añade a las bandas de vidrio que conforman la envolvente del edificio. 

Fotografía: José Hevia

Los integrantes del estudio padilla nicás arquitectos estuvieron con el equipo de la Fundación Juegaterapia el día de la inauguración y ver cómo los primeros niños salían y pasaba de una zona otra entusiasmados a través del túnel de espejos lleno de globos les transmitió una emoción especial. Poder cambiar algo la dura realidad de estos niños a través de la arquitectura ha sido para ellos un encargo inesperado y apasionante.

Planteamiento y solución constructiva de las "nubes" de hormigón como parasoles.

Pavimento "blando" sobre la cubierta.

Valla de cierre de chapa estirada o deployé. detalles constructivos

Ficha técnica

Autoría: padilla nicás arquitectos / Francisco José Padilla + Juan Manuel Nicás

Localización: Madrid

Colaboradores: Alicia Peña (arquitecta proyecto), Raquel Ibañez, (mediciones y presupuesto), Javier Reñones (arquitecto técnico), Colaboradores: Daniel Guerra, Carlos Garberí y Giusy di Pinto (arquitectos); Ignacio Barrera y Lucas Fernández (estudiantes)

Fotografías: José Hevia

Empresa constructora: Ferrovial Servicios, SA

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Editado por:

Tectónica

Publicado: Dec 19, 2022

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