GVG Estudio e Iñigo Beguiristáin proponen, para la empresa Atecna, una envolvente metálica continua, capaz de dar unidad a un programa mixto de oficinas y naves industriales y de adaptarse sutilmente a las exigencias de sus diferentes volúmenes y geometrías.
Fotografía: Iñaki Bergera
Atecna, fundada en Pamplona hace 20 años, es una empresa especializada en la gestión documental. Comenzó su andadura como un negocio tradicional de custodia, pero ha evolucionado hasta convertirse en un proveedor de servicios de automatización de procesos, digitalización y gestión de documentos. Su objetivo principal es ayudar a otras empresas a incrementar su eficiencia y optimizar sus procesos de toma de decisión mediante la mejora de la gestión de sus documentos y datos. Su rápido crecimiento provocó la necesidad de aunar en un único emplazamiento todas las naves y oficinas, dispersas por la comarca, que había venido ocupando.
Plano de emplazamiento. Ver PDF
"EL texto en azul es un extracto de la conversación que tuvimos en torno al proyecto, entre Josecho Vélaz de GVG Estudio y Berta Blasco y J.M. Marzo de Tectónica."
GVG Estudio está formado por tres arquitectos: Daniel Galar, Josecho Vélaz y Javier Gil, y durante un tiempo han compartido espacio con otro arquitecto compañero de la carrera, Íñigo Beguiristáin, que fue quien llevó el encargo de ATECNA al estudio. GVG Estudio tenía ya experiencia de un edificio industrial singular, Lozys Pharmaceuticals en Lekaroz, realizado cuando Daniel y Josecho eran socios de Antonio Vaillo, y J.L.Irigaray, encargo que llegó por un estrecho contacto de Josecho con el promotor.
El proyecto de Lekaroz, localidad situada en un entorno privilegiado del Baztán navarro, estaba inicialmente planteado como un cajón de hormigón de 100 m x 17 x 15 metros por un equipo de ingenieros agrónomos, y al estudio se le pedía ‘un vestido’. GVG propuso un cambio radical, “comprimimos el organigrama que había y eso permitió que el metro cuadrado fuera más caro, pero al ser menos volumen se optimizaba desde el punto de vista económico”. De este proyecto también aportaron la experiencia de la utilización de la envolvente de chapa de acero.
Fotografía: Iñaki Bergera
El proyecto de Atecna era muy diferente, situado en un polígono industrial, en principio iba a ocupar una parcela al fondo del mismo, pero, finalmente, se trasladó a una ubicación mucho mejor, en una esquina a la entrada del polígono y, por lo tanto, con mucha más visibilidad.
El programa era el de nave con oficinas, aunque la producción es un poco particular ya que la empresa se dedica a digitalizar y conservar documentos de empresas e instituciones con el compromiso de entregarlos en 24 horas al cliente si los reclama. La empresa fundada por dos socios ha crecido hasta contar en la actualidad con un centenar de trabajadores, con los que los socios propietarios tienen un trato muy cercano, casi familiar, y esa relación, profesional y personal, querían que se reflejara en el proyecto, que por otra parte era la inversión más importante de la empresa.
El proyecto planteado inicialmente, que luego hubo que adaptar a la nueva situación, ya contenía las trazas, el organigrama, del que finalmente se haría, principalmente la idea de vincular todos los espacios.
Plantas de las oficinas y la de las naves. Ver PDF
El programa es complejo, toda vez que incluye diversos departamentos con necesidades específicas y diferentes niveles de relación entre los mismos y, a su vez, de éstos con la nave de custodia. Más allá de la necesaria relación de proximidad entre el almacén o archivo y la zona administrativa, se planteó como premisa evitar la tradicional disociación y procurar un tratamiento homogéneo del único volumen resultante. Además de trasladar una imagen clara e inmediata, esta línea de trabajo permitía aprovechar la importante dimensión de la nave para potenciar la ambiciosa imagen de la fachada administrativa.
Fotografía: Iñaki Bergera
“En los polígonos, qué ocurre, que en el frente se distingue claramente lo que es oficina o, como es fachada, se le da un tratamiento diferente. Aquí ¿cuál de las fachadas es más fachada? Son todas ¿no?”
El programa de Atecna tiene dos usos diferenciados. En eso coincide con muchas fábricas de un polígono, pero en este caso los dueños querían que esa diferenciación se diluyese y que se estableciera conexión, al menos visual, entre todos los espacios de trabajo. Esta complejidad se percibe en el volumen exterior que presenta irregularidades frente a una nave tradicional y que responden con coherencia al proyecto.
Alzados este y oeste + sección transversal. Ver PDF
Las dos opciones de orientación que ofrecía un solar en esquina se decantaron inmediatamente como consecuencia de las evidentes bondades de la luz del norte para iluminar tanto los espacios de trabajo como el almacén. Es sabido que la sección en diente de sierra es idónea para resolver ese requisito, así como que la estructura metálica es la que mejor resuelve los requerimientos constructivos de este perfil característico. La referida silueta y su inevitable evocación a la sección prototípica de fábrica, tal como evidencian las señales de tráfico o los cuentos infantiles, refuerzan la rotundidad de la imagen. Por otro lado, la tecnológica ligereza que confiere el acero a este contorno quebrado encuentra perfecto acomodo entre las aspiraciones de una empresa ágil, dinámica y agresiva.
Además, la reiterada sucesión de faldones, así como su idónea orientación e inclinación, ofrecen el soporte perfecto para las casi obligadas placas solares, que ocupan la mayor parte de la superficie de la cubierta.
Fotografía: Iñaki Bergera
Fotografía: Iñaki Bergera
Fotografía: Iñaki Bergera
El acceso se concentra en la esquina más visible al llegar al polígono; en la fachada norte se sitúa la entrada peatonal y la fachada a poniente se rompe con un gran hueco que debe dar paso también a camiones, sobre el que se crea un volumen que permite la disposición de una terraza a sur, a la que previamente se accede a través de un espacio singular con un techo a dos aguas.
Alzados norte y sur + sección longitudinal (por el espacio interior en diagonal ). Ver PDF
Fotografía: Iñaki Bergera
Fotografía: Iñaki Bergera
La terraza era una exigencia de la propiedad para ofrecer un espacio de relación de uso interno y también de invitación a la empresa. Pero los arquitectos tuvieron que buscar dónde situar esa terraza a sur y en ese punto convergieron varios elementos, la terraza, el acceso, las oficinas. Nada se oculta, se marca como una rotura casi mineral.
Y una vez se accede, ya en el vestíbulo, se abre una grieta que deja percibir la magnitud de la empresa y que conecta, como en cascada, en diagonal, todos los espacios. Responde al deseo de los propietarios y se refleja en la fachada norte por ese mordido que no es gratuito. “ellos nos contaron el concepto abstracto que nosotros tradujimos en una geometría”.
Fotografía: Iñaki Bergera
Fotografía: Iñaki Bergera
El sentido común y la economía de medios animaban a someter la planimetría del edificio a una rigurosa trama ortogonal. La modulación se extiende, igualmente, a las elevaciones. La única concesión se produce en uno de los vértices de una planta sensiblemente cuadrada. Este accidente se justifica por varios motivos. En un solar que se caracteriza por su acusada condición de esquina, no solo de la manzana, también de todo el polígono, procede atender a la conveniencia de aprovechar esa privilegiada exposición para ganar visibilidad. Por otro lado, el requerimiento de la propiedad de tener una generosa terraza orientada a mediodía, en un edificio que le da la espalda al sol, obligaba a manipular sensiblemente el volumen en este punto. Finalmente, la coincidencia del gesto con la posición de la única entrada al almacén, invita a significar este acceso en consonancia con la monumentalidad que proporciona su escala.
La traslación de las geometrías oblicuas, de la sección y el alzado lateral a la planta, permite resolver eficazmente todos estos requerimientos. La misma diagonal, llevada a las oficinas, sugiere una sección escalonada que enriquece la percepción del espacio, enfatiza la transparencia y disocia las jerarquías. Del mismo modo, incorporar el diente de sierra del testero a la fachada principal, lejos de ser un gesto casual o arbitrario, permite coronar con una oportuna entrada de luz la secuencia.
Sala de reuniones y usos múltiples contigua a la terraza. Fotografía: Iñaki Bergera
Terraza a sur. Fotografía: Iñaki Bergera
Fotografía: Iñaki Bergera
Una corona sustituye también el logo y la imagen corporativa de la empresa. La conforman los tres últimos dientes del alzado, con el último invertido, poniendo de manifiesto la afortunada simbiosis que se da en este caso entre arquitectura y cliente.
Texto: Iñigo Beriguistáin y GVG Estudio
Autoría: Íñigo Beguiristáin / y GVG Estudio - Daniel Galar - Josecho Vélaz - Javier Gil
Localización: Esquiroz, Navarra
Año: 2021
Colaboradores: Amaia Lumbreras del Peral (arquitecta), Miguel Sola (arquitecto técnico)
Fotografías: Iñaki Bergera
Empresa constructora: Erro y Eugui
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Publicado: Oct 13, 2021