4 VPO en el Pirineo con envolvente de madera termotratada por Nazareth Gutiérrez y Rodrigo Núñez arquitectos

Nazareth Gutiérrez y Rodrigo Núñez proyectan cuatro VPO en el pirineo navarro en un ejercicio de reinterpretación tipológica y de recuperación de tradiciones constructivas locales, donde confort y sostenibilidad se enmarcan en el uso de la madera como material fundamental con la estructura con paneles de CLT y una envolvente exterior resuelta por un enlistonado en madera termotratada.

Fotografía: Alberto Amores

El texto que a continuación aparece en azul procede de una conversación entre Nazareth Gutiérrez y Rodrigo Núñez, autores del proyecto, con Berta Blasco y José María Marzo, de Tectónica.

Tectónica: Antes de empezar con esta obra de las viviendas de VPO en Narralda, que ha sido seleccionada en la BEAU 2023, comentadnos sobre vosotros, ¿tenéis dos estudios separados?

Rodrigo Núñez: Sí, somos estudios independientes y hemos hecho algún concurso juntos como colaboración y este fue resultado de un concurso que ganamos.

T.: Y en este concurso en concreto, ¿Cómo os presentáis y cómo planteáis el proyecto? ¿Por qué se plantea de esta forma? Como dos volúmenes que son iguales, pero no son iguales, es como un espejo, ¿nos podéis contar las razones?

Nazareth Gutiérrez: Una de las cosas más importantes, y creo que relevante a la hora de ser elegidos en el concurso, es que, en vez de plantear un único bloque compacto con cuatro viviendas, planteamos dos unidades en la que cada una tenía dos viviendas. Y con esto lo que conseguimos fue acercarnos mucho a la escala del municipio, porque nos parecía que, en un municipio tan pequeño, conformado por viviendas unifamiliares, no encajaba colocar un bloque de vivienda plurifamiliar. Y de ahí surge la idea de estos dos bloques, que son gemelos, las superficies son las mismas, pero no son exactamente iguales.

Plano de situación

R.N.: En el concurso, una de las cosas que ponían en las bases es que la integración paisajística era de los temas que más se valoraría, junto con la flexibilidad espacial. Y cuando empezamos a trabajar en ello, nos dimos cuenta que, aunque era una promoción muy pequeñita, porque eran cuatro viviendas, en realidad, el volumen que salía poniendo las cuatro viviendas, no encajaba con el resto de volúmenes en el pueblo.

Fue una decisión muy arriesgada porque, en realidad, era duplicar el número de núcleos de comunicación, dos ascensores, dos escaleras, se perdía más espacio, pero pensábamos que a nivel de integración funcionaba mejor, y así lo consideró también el jurado, porque el resto de propuestas que hemos visto eran bloques únicos. Fue algo realmente diferenciador con respecto al resto de propuestas y que se valoró pese al incremento que podía tener en cuanto a espacios comunes.

Fotografía: Alberto Amores

T.: ¿La promoción es privada o es pública?

R.N.: Es un VPO de alquiler.

T.: Comentáis que la formalización de estos volúmenes intenta hacer una referencia a la vivienda tradicional del valle, ¿cómo es esa referencia? ¿muy literal o es una interpretación más libre? 

R.N.: Cuando empezamos a trabajar en el proyecto para este concurso, sí que nos leímos muy bien la normativa urbanística para proponer algo viable, y uno de los puntos que venía en la normativa era las proporciones que tenía que tener el volumen en planta. Y eso también nos llevó a la decisión de dividirlo en dos, porque por las proporciones que ponían, si era un edificio de cuatro viviendas, salía un volumen muy grande en planta. Y la otra cuestión es que hacía referencia a la teja de madera. Empezamos a investigar sobre este tema y encontramos que, todas las viviendas, todos los caseríos del pueblo tenían cubierta de madera hasta el siglo XIX cuando hubo un incendio que lo destruyó, y una de las razones que hizo que el incendio se extendiera fue, precisamente, que las cubiertas eran de madera, y a partir de este episodio, decidieron construir en teja para evitar futuros incendios. Nos pareció un homenaje bonito a la memoria del lugar, que en esos dos volúmenes se recuperara el uso de madera en la cubierta, no como tejas, sino con un enlistonado, de una forma más contemporánea. 

Cubiertas de madera en una imagen tradicional de Garralda antes de su cambio por teja cerámica tras el incendio.

T.: Sí, porque viendo imágenes recientes parece que lo tradicional era la cubierta de teja.

R.N.: Exactamente. En realidad, la imagen que vemos ahora del pueblo es bastante más reciente de lo que pensamos. Nos pareció muy sugerente cuando empezamos a investigar sobre ello y nos parecía que al final, de alguna forma había que hablar de la memoria del lugar, porque si no, eso se iba a perder. De hecho, en el propio ayuntamiento se sorprendieron de que fuéramos a proponer una cubierta de madera.

Planta baja y primera. Ver PDF

T.: ¿El planteamiento de que las viviendas fueran Passivhaus era una condición o ha sido una propuesta vuestra?

N.G.: El requisito Passive venía en las bases del concurso, porque esta promoción es de Nasuvinsa (Navarra de Suelo y Vivienda), que está apostando por construir muchas viviendas Passive en Navarra.

T.: ¿Y con ese requisito no primaba el volumen único? ¿El dividirlo no afectaba para el certificado?

R.N.: No porque son dos certificados; cada uno que tiene su propio certificado. Evidentemente, lo que obligaba es a tener más aislamiento porque tenemos más superficie de fachada. Y sí que es verdad que las ligeras diferencias que hay, lo que comentábamos antes de que los dos son casi iguales, muchas diferencias derivan del Passive, porque, de hecho, las ventanas de uno y de otro no son iguales porque al cambiar la orientación, el tamaño de ventanas para la ganancia solar es diferente.

Planta segunda y cubiertas. Ver PDF

T.: Y en cuanto al aislamiento, al ver la sección parece una construcción suiza o alemana, con secciones de aislamiento de 25 o 30 cm, en donde, además, se utiliza poliestireno expandido, extruido, lana mineral, o incluso espuma de poliuretano. ¿El uso de esta gama tan sutil de materiales es constructiva o se debe a una exigencia elevadísima de la normativa?

N.G.: Todo esto tiene una justificación constructiva, porque para cumplir los requisitos Passive, que exigía 35 cm de aislamiento en fachada, lo que hicimos fue colocar un aislamiento por el exterior de 25 cm y por el interior de 12 cm. No queríamos pasar de 25 cm por el exterior para que no hubiera problemas, porque, aunque está fijado de manera mecánica, ya tenía un peso considerable, y es por ello por lo cual tuvimos que utilizar esos dos materiales, la lana mineral por el interior, el aislamiento EPS por el exterior y, luego, el XPS, por la resistencia mecánica en suelos. El poliuretano que comentáis se utilizó para sellados de protección a fuego. 

Sección transversal

T.: Claro, con 25 cm, hay una cuestión constructiva a resolver que es la fijación, la longitud de las espigas.

R.N.: Y el problema de succión también había que tenerlo en cuenta, porque allí el viento es muy fuerte, y hubo que hacer estudios para que las espigas resistieran, porque, había el riesgo de que se fuera toda la fachada volando. Y eso nos llevó a tener los 25 cm por el exterior y, como el interior iba revestido con placa, aprovechar para colocar ese aislamiento por el interior, y bajo el baldosado.

T.: Sorprende esa dimensión.

Detalle constructivo

R.N.: En realidad, nos quedamos todos sorprendidos, incluida Nasuvinsa, porque ellos manejan estándares con el clima de Pamplona, que es donde ellos hacen la mayoría de las promociones, y era la primera promoción que hacían en alta montaña. Cuando empezamos a trabajar con nuestra asesora Passive, nos daba resultado de condiciones climáticas peores que en Alemania. En consultas que hubo que hacer al Passivehaus Institute, nos confirmaron que en ese valle se tenían unas condiciones muy adversas y que era normal que salieran esos números.

Fotografía: Alberto Amores

T.: ¿La construcción de la zona presenta diferencias respecto a otras zonas de Navarra?¿Un grueso especial de los muros, que fueran de piedra?

R.N.: Básicamente es así. Nosotros estudiamos el arquetipo del caserío Vasco Navarro y, aunque en el ayuntamiento nos dijeron que el del valle tenía matices, a nivel constructivo, es lo mismo.

T.: ¿Y hay un salto de temperatura grande en verano?

R.N.: Es el norte y alta montaña, no se suele pasar calor. Y bueno que tenía esta propuesta es que al ser una vivienda por planta todas las viviendas tienen ventilación cruzada. La verdad que la vivienda en invierno es muy confortable. Hay muy poca pérdida de energía y, con la radiación solar que hay, nos salía por cálculo de suelo radiante 1 m² para la vivienda. Sí que se le ha puesto en todas las habitaciones y en toda la superficie, pero por cálculo, con 1 m² ya tendríamos superficie de radiación suficiente para toda la vivienda. De hecho, en cuanto se aisló y se pusieron las ventanas, no hacía frío en el interior. Salía un poquito el sol, se calentaban muy rápido las viviendas.

Fotografía: Alberto Amores

T.: ¿Y el suelo radiante va con bomba de calor o con geotermia?

R.N.: Con aerotermia. La máquina está en planta baja. Toda la fachada va con celosías de madera y hay unas contraventanas en planta baja que están ocultando la sala donde está la unidad exterior de aerotermia, que es una bomba por edificio. Sí que en Nasuvinsa apuesta mucho por el pellet, por calderas de pellets y por biomasa, en general, y, en principio nos pidieron que fuera caldera de pellets, pero salía mucho más rentable con aerotermia, aunque hubiera sido solo un edificio para cuatro viviendas.

Fotografía: Alberto Amores

T.: ¿Obligan a poner paneles solares?

R.N.: Con la aerotermia podíamos justificar la no necesidad de colocar paneles solares.

T.: Hay dos cosas que chocan. Una es el bajo cubierta, ¿tiene alguna utilidad o es un espacio colchón?

N.G.: La normativa no nos dejaba pasar de dos alturas; baja más más uno, más bajo cubierta, y no podemos utilizarlo. De hecho, en algún momento del proyecto surgió la duda de si la propiedad quería introducir un acceso al bajo cubierta, estuvieron valorándolo y al final se descartó. Es un espacio colchón.

Fotografía: Alberto Amores

T.: Y la otra cosa es el canalón que hay, además para la zona entre nieve, lluvia y demás, ¿sale por cálculo ese ancho?

R. N.: No, lo hicimos especialmente grande para que no hubiera problemas de recogida y que hubiera atascos. El recubrimiento de madera tiene cinco zonas para poder acceder, y también limpiar, pero, sobre todo, era que pudieras evitar que se pudiera atascar por cualquier cosa.

T.: ¿Qué ancho tiene el canalón?

N.G.: De ancho tendrá como unos 20 centímetros y es bastante profundo porque, además, en esta cubierta, el agua está introduciéndose desde la cumbrera entre los listones por la impermeabilización. Si llueve de manera muy intensa, tiene que ser suficientemente profundo como para recoger esa agua. No es muy ancho, pero sí que tiene bastante profundidad.

 R. N.: Para evitar también la acumulación de nieve, y hay una rejilla que evita que la nieve tape el canalón.

Axonometría constructiva. Ver PDF

Estructura de muros y forjados de CLT y cerchas de madera de pino para formación de cubierta.

T.: Y otra cuestión es el cambio de la solución constructiva en la cubierta, que no es de CLT, sino que es como de cerchas y envigados de madera de pino, ¿era por aligerar cargas, por facilidad de construcción? Tampoco era un elemento que requiriera mucha exigencia porque la envolvente iba por debajo.

R. N.: Hay dos cuestiones ahí. La primera, es que necesitábamos esa inclinación, que era la que marcaba la normativa por temas de aprovechamiento urbanístico, de superficie, y demás, y que no permitía doble pendiente. Y la segunda es lo que comentas, que el nivel estructural acababa en el bajocubierta y, por lo tanto, no hacía falta poner CLT. Es una forma de abaratar y aligerar. Se fue a una solución mucho más económica que optimizaba el uso del material.

Detalle constructivo. Enlistonado de cubierta y fachada con madera termotratada Lunawood. Ver PDF

T.: Y el uso de la madera termotratada como envolvente, ¿habíais utilizado previamente esta solución? 

N. G.: En el concurso no estaba definido. Sí estaba definido que era una envolvente de madera en la cubierta, por la relación que hacíamos con la historia del municipio. Y, luego, ya en el desarrollo del proyecto de ejecución, estuvimos valorando varios materiales y vimos que este material trabaja muy bien en el exterior. Estuvimos buscando referencias en países del norte, donde ya se habían utilizado, y la verdad es que sí que Lunawood tiene bastante obra construida y sí que nos aportaba unos certificados de seguridad, de garantía de material, de durabilidad y demás.

Fotografía: Alberto Amores

T.: ¿Cambia de color con el tiempo?

R. N.: Con el tiempo, el color se oscurece un poco, se va un poquito más a gris, que a nosotros tampoco nos importaría mucho porque con el tiempo se va homogeneizando todo, pro si hemos dejado definido el tratamiento que nos dijo el fabricante que hay que darle para que mantenga el color, que hay que aplicarlo los primeros años porque luego ya se estabiliza, para que la propiedad decida si quiere dárselo. Pero eso no afecta ni a la resistencia ni a la forma, porque la madera no se retuerce, se mantiene igual.

N. G. El acabado es un lasur, Owatrol, que sí había utilizado en otro proyecto, 



Fotografía: Alberto Amores

La estanqueidad en la construcción con madera. Caso Passivhaus. Estrategias y puesta en obra.

Construcción con CLT y SATE con elevadas exigencias aislamiento. Detalles constructivos.