Contención de tierras mediante gaviones

Contención de tierras

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Un gavión se compone de una caja rectangular, con caras de malla metálica hexagonal de triple torsión, y un relleno de canto rodado, piedra de cantera o cualquier material adecuado del que se disponga.
Se transporta vacío y plegado. La puesta en obra como muro de contención comienza por el desplegado y unión de las caras con alambre galvanizado reforzado. Los gaviones se colocan en hiladas, unidos con alambre entre sí, sin que sea necesaria cimentación previa pero sí el cálculo de la base del muro dependiendo de la altura total. Las piezas se traban de manera que no coincidan las juntas verticales. Antes de iniciar el relleno, generalmente por medios mecánicos, y para mantener la tensión de la malla, se realiza una estructura provisional con un bastidor, metálico o de madera, sostenido por puntales.
El muro resultante trabaja por gravedad –densidad media del gavión= 1,8 T/m³, aunque varía según el material de relleno– y actúa como drenante de las aguas del terreno –se considera un porcentaje de huecos del 20%–. En caso de presencia de aguas agresivas o en obra marítimas, el material de elaboración de la malla metálica, alambre galvanizado reforzado, debe estar revestido de PVC.
El tipo de gavión depende de la malla –escuadría 5 x 7 cm con alambre ø2 mm, y 8 x 10 cm con alambre ø2,7 mm– y de las dimensiones del prisma, que puede variar desde un volumen mínimo de 1 m³ (2 x 1 x 0,5 m) hasta el máximo de 4,5 m³ (3 x 1,5 x 1 m).



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