Teshow House. Juan Moya

Fotografía: Jose Antonio Lobón Hernández

Un espacio doméstico que reconstruye el circulo familiar y las relaciones afectivas contrarrestando los irremediables efectos de la globalización y el bombardeo mediático.

Teshow configura una infraestructura atemporal para la vida doméstica adaptable, donde la identidad personal está sujeta a una redefinición constante y el círculo hogareño está diseccionado. Se plantea un plano continuo suspendido con capacidad para reforzar alianzas colectivas duraderas y con potencial manipulable sujeto a cambios por los usuarios a lo largo de su vida.

Es una intervención formal ascética que contrarresta la inevitable exuberancia, sofisticación y exceso superfluo de contenidos provocados por la globalización y el bombardeo mediático. El estado puro e imperfecto de la madera, la desnudez del hormigón estructural y la honestidad con la que se muestran las instalaciones construyen un plano visual que se suspende, acercándose a los ojos del usuario, reeducando su estado mental hacia la belleza de lo cotidiano y lo imprescindible frente a la abundancia cambiante con la que irremediablemente se llenará su suelo.

El proceso de actuación parte de una fase previa de limpieza para lograr la máxima libertad espacial, suprimiendo todos los elementos innecesarios que causan fronteras y divisiones en el hábitat doméstico actual. Los componentes arquitectónicos como estructura, instalaciones y envolventes se desenmascaran para recuperar su autenticidad y materialidad. Seguidamente se mejora la eficiencia energética de la envolvente arquitectónica mediante una nueva piel interior con un alto grado de aislamiento y una adecuación de los huecos para optimizar la captación solar y lumínica. Finalmente se construye un entramado de madera suspendido del techo creando un plano funcional, visible y accesible para la manipulación y adaptación en el tiempo de las instalaciones y la sujeción de elementos colgantes. A modo de veladura, sin restar altura visual, este entramado crea unidad espacial diluyendo las fragmentaciones provocadas por las vigas estructurales descolgadas, a la vez que permite al usuario conferir identidad personal a cada espacio proyectando escalas menores de apropiación dentro de una gran escala.

La vivienda se desprovee de divisiones espaciales dentro de una escala gradual permitiendo recuperar el circulo familiar. La arquitectura no se entiende como el verdadero hogar, sino como el medio para recuperar y potenciar las relaciones afectivas y formas de convivencia que constituyen la esencia del hogar a través de la construcción de recuerdos. El espacio permite una comprensión espacial gradual y con ello experiencias diversas. En un primer grado, la luminosidad se intensifica desde la fachada y los espacios diáfanos permiten convivencias intensas y multitudinarias. Conforme se avanza hacia los patios interiores de la vivienda el espacio adquiere gradualmente una luminosidad más difusa y se vuelve gestionable mediante divisiones móviles suspendidas del entramado de techo. Las relaciones aquí se producen mediante convivencias acordadas donde prima la satisfacción de compartir y experimentar en confidencia familiar. En el espacio más profundo de la vivienda la luz adquiere su carácter más íntimo y el espacio invita al refugio, al erotismo y al reencuentro consigo mismo.

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