Un barbero tiene necesidad de espacio para desarrollar su actividad de venta online. Para ello se utiliza la antigua cocina de una villa particular del centro histórico de Toulouse, enfrente de la barbería. Con el fin de optimizar la ocupación del espacio, el barbero propone colocar fotografías en su escaparate a cambio de mostrar los productos que se venderán online, por lo que el local ha de acomodarse a estas actividades. El espacio de cocina abovedado permanece inalterado. El suelo técnico está realizado con una solera de hormigón, que se rompe tan solo por el carril deslizante para incluir un elemento separador del espacio, adaptable, que permite acomodarlo a las necesidades de ambos: barbería y fotografía.
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