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Hay veces en que empezar un proyecto es una aventura vertiginosa seductora e inevitable. Enredados en la pasión vienen una serie de circunstancias que resolver; cuestiones técnicas, improvisaciones, intervenciones, colaboraciones, luego articular todas las iniciativas para poder avanzar en el objetivo; una vivienda para Velfor, su esposa y sus tres hijos.
Ubicada en la provincia de El Oro, Ecuador, aparece como en una película del viejo oeste, el poblado de Chacras, plagado de referentes históricos por su cercanía al vecino país Perú (Aquí vivió Manuelita Sáenz, compañera de Simón Bolívar, El Libertador). Actualmente reside aquí junto a su familia, Don Velfor, quién perdió su vivienda en el terremoto que asoló Ecuador en abril del presente año y encontró refugio en un terreno de 12 x 10 metros parcialmente ocupado por su suegra
Mami-Itzi. El proyecto se realizó en el mes de mayo del 2016, durante un período de 10 días. Natura Futura Arquitectura junto a Cronopios-El Oro (colectivo de gestión cultural) llevan a cabo los diferentes procesos. Luego de plantear un diseño emergente, se convoca por prensa, medios digitales en redes y de boca en boca. Se recolectan materiales donados, herramientas y se suman voluntarios para la ejecución; ellos se entrenan para llevar a cabo las distintas misiones diarias que harán crecer el proyecto.
Después de hacer las bases con hormigón y ladrillos, la casa se articula modularmente en base a los
pallets, construidos con madera de pino, utilizados generalmente para soportar carga de mercancías en grandes bodegas. Cuartones, palos y tiras son utilizados como soporte estructural. Las ventanas fueron construidas con madera semidura y tiras de desecho recicladas. Al final, planchas de zinc son utilizadas para elaborar el techo.
Se plantean estrategias para apuntalar la economía familiar, afectada por la paralización laboral y al cambio de lugar. Crear un huerto familiar fue una primera idea para generar un nuevo espíritu de sustento. Se incluyó a Don Velfor dentro de un proceso de
aprender-haciendo para que pueda replicar lo aprendido en construcción básica, con fines de establecer una actividad económica dentro de la región. Se plantean espacios para algún evento de generación de ingresos como es la venta de meriendas o almuerzos.
La plataforma de ingreso es un espacio de interacción social entre los miembros de la familia, y de esta con las familias de viviendas adyacentes. Sirve tanto para poner una mesa con sillas y deleitar un almuerzo, como para poner una alfombra o petate y descansar. El día de la inauguración se hizo evento cultural; una presentación de títeres con el grupo Rompecabezas.
La transparencia, la luz y el viento.
La vivienda se basa en tres cuerpos, dos utilizados para dormitorio y uno para cocina y sala, con opción de crecimiento progresivo hacia la plataforma. La distancia de la casa elevada del terreno protegen las estructuras de la humedad mientras permite un flujo de aire constante bajo el piso. La altitud del techo y los espacios abiertos más la transparencia de las ventanas permiten ventilación cruzada todo el tiempo. La forma en que vuela el techo como si fuera un gran sombrero que protege a la casa brindando sombra y protegiéndola de la lluvia. Es la opción de los sistemas pasivos.
La constancia de los módulos de pallets conjugados con espacios para ventanas cuyos espacios entre tiras permiten que la luz se cuele generando sombras caprichosas en los ambientes. Las ventanas bajas a ras de piso funcionan como
puertas de escape para los más pequeños; se abrazan posibilidades lúdicas frente a un espacio que incita la fluidez.
La puerta principal, ancha, articula la cocina básica, con sus estanterías hecha de canastas recicladas (usadas para frutas) con la plataforma ampliando el espacio. El huerto hecho con llantas rellenas de tierra de sembrado renueva la esperanza en los niños que lo abrazan como su propio proyecto.
Se busca crear un nuevo núcleo dentro de la comunidad reactivando de esta manera la zona, darle la vuelta a la tortilla, pasar de los instantes de zozobra e incertidumbre a una transformación desde lo básico, cuyo catalizador social es la arquitectura.