House B. E2A Architekten

A lo largo de la costa del Lago Zurich, las localizaciones individuales han perdido el sentido de la identidad entre la continuidad del paisaje suburbano. La arquitectura genérica determina el contexto inmediato sin dejar espacio abiertos, reservas territoriales de zonas agrarias, que crean una pausa de bienvenida en un ritmo que de otra forma sería monótono. Una simple pradera beneficia la densamente poblada urbanización de viviendas unifamiliares. En general, los jardines comprenden los espacios libres entre las viviendas individuales, ejecutados con mayor o menor éxito. Al final, representan los restos tras lo consturido, nada más.

Nuestra intervención tiene una diferencia, crear el espacio con claros límites. El perímetro existe a través de muros y zanjas: externamente territorial y duro, internamente suave, privado y verde. La casa refleja esta relación entre el interior y el exterior.

Se crean dos nuevos espacios exteriores privados, una entrada con patio y un jardín. En medio de ambos está parte de la entrada principal y un apartamento en el jardín. Una escalera que lleva al piso superior con una terraza y vistas al espacio adyacente, con el lago y la montaña en la distancia. Posicionados alrededor de la cocina se encuentran el comedor así como el taller, y una doble altura para crear el dormitorio iluminado desde el noreste. Todas las habitaciones son accesibles directamente desde la terraza y desde una escalera que lleva al patio-jardín. En la planta baja se sitúa también un estudio-galería junto con los espacios comunes. El dormitorio principal trabaja como una unidad con el aseo, vestidor y despacho; es como una suite autónoma dentro de una vivienda.

Las líneas rectas de la fachada dura, formada con muros de hormigón, colgados, de suelo a techo con su fenestración son las características que marcan la apariencia exterior. Sólo una ventana en la fachada norte que sobresale mostrando su estructura de hormigón pone de manifiesto la escala y el tamaño real de la casa. De otra forma, la casa se mantiene muda y enfocada comparada con la estrepitosa presencia de su entorno.

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Fotografías:

Rasmus Norlander

Jon Naiman