Follie en Kyoto. Ludwig Heimbach Architektur

Una balsa para sensaciones inmateriales
Tres cajas y algunas pantallas para disfrutar del romanticismo y de los pájaros



Esta follie es un pabellón para el Simposio de Kenchiku en el Centro e Arte de Kyoto. Taro Igarashi invitó a seis equipos de Japón, Francia y Alemania a tratar el tema de la prohibición en el espacio público japonés. El pabellón se construiría en el patio central del Centro de Arte de Kyoto, una antigua escuela en el distrito de Kimono, Kyoto.

“Una balsa para sensaciones inmateriales” trabaja con las prohibiciones de “no dar de comer a los pájaros” y “besarse” proporcionando tres cajas y algunas pantallas para disfrutar del romanticismo y de las currucas japonesas (uguisu). El compositor francés Olivier Messiaen nos proporcionó el “eslabón perdido” de las dos funciones con esta idea de los pájaros como “mensajeros de placeres inmateriales”.

Ya que la idea de la inmaterialidad es bastante contradictoria en el campo de la arquitectura, especialmente porque el material proporcionado para la exposición era la madera, desarrollamos tres estrategias para la follie:
Fotografías: Nobutada Omote
1 construyendo un fragmento
El usuario/observador es invitado a “completar” la “aparentemente” inacabada estructura que ve de una forma inmaterial,  desarrollando una conexión empática con la misma. La estrategia de fragmentación se muestra también en función a las capas mostradas en la construcción como una “estructura anatómica”, tanto en sus vigas, tableros y revestimiento coloreado.

2 colores y capas
Como referencia al lugar e exhibición, el distrito de Kimono en Kyoto, utilizamos una analogía a la Junihitoe japonés, una prenda de 12 capas que revisten desde dentro a fuera con “tres cajas” utilizando la paleta de color Equitone creada en 2014.

3 oculto vs público
La intersección de las tres cajas estructurales de diferentes tamaños, crea cinco espacios diferenciados con cualidades propias. Geométricamente la forma de los umbrales se inspira en las entradas de los hoteles del amor japoneses pero ejecutados con materiales transparentes, al igual que los huecos que se cortan horizontalmente a la altura de los ojos. En este sentido intentamos encontrar la respuesta a la pregunta de cómo hacer privado un beso y crear un lugar para el agua y los animales.

Personas y pájaros
Consideramos los pájaros en la ciudad como animales salvajes viviendo en un hábitat construido por el hombre. Como comprendimos durante el proyecto, no es una buena idea alimentar a los pájaros en verano, porque los pájaros deberían de alimentarse naturalmente. Sin embargo es buena idea proporcionar agua para que los pájaros puedan beber y bañarse, especialmente en el clima cálido de Kyoto. Para ello se disponen cuatro estanques para los pájaros.
Para crear un agradable paisaje sonoro, Carlo Peters realizó una canción de pájaros con la curruca japonesa (un pájaro que normalmente se esconde cuando canta) para que éstos se sintiesen atraídos y así mostrarles el camino a los estanques. También así se crea la ilusión de una presencia en éstos.
Espacios para el romanticismo
La conexión de las tres cajas forman varias posibilidades de espacios ocultos y varias posibilidades para besarse. Utilizamos varias partes de redes grises utilizadas en Japón para cubrir obras, para formar varias capas de privacidad así como para destacar la idea de obra inacabada.

En el asesoramiento ornitológico se ha contado con la colaboración de Marius Adrion de NABU (Nature and Biodiversity Conservation Union Germany) y  Carlo Peters encargado del Paisaje Sonoro.
El proyecto fue financiado por el instituto Goethe Institut, Goethe Institut Villa Kamogawa, Equitone- material de fibrocemento para fachadas.

El Simopsio de Kenchiku ha sido patrocinado por : City of Kyoto, Kyoto Art Center, Goethe Institut Villa Kamogawa, Institut Francais, Villa Kujoyama, Agency of Cultural Affairs Government of Japan

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