Escuela infantil Fukumasu. Yasutaka Yoshimura Architects

 

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La escuela infantil Fukumasu necesitaba ampliar sus instalaciones con el fin de mejorar su capacidad de cuidado de los niños, así como de atención a los padres. El cliente ofrecía para ello reutilizar un almacén existente, el garaje de los autobuses escolares, pero en el proceso de diseño encontramos que las dificultades que suponía este plan eran muchas y decidimos que era mejor construir un nuevo pabellón, cambiando ligeramente su ubicación para evitar enfrentarnos a cuestiones legales y no perder tiempo y dedicación en estas tareas.
El pabellón que propusimos para reemplazar el antiguo es una nave con una envolvente textil, estándar pero con la particularidad de utilizar un tratamiento fotocatalítico y doble cubierta para crear una cámara de ventilación. Logramos con ello un espacio amplio, luminoso y seco con un presupuesto muy bajo.
El segundo paso era definir el interior. En contraste con la sencillez de la envolvente, el interior era más complejo dado que el cliente consideraba que el diseño adecuado para los niños es el que les da la oportunidad de pensar por sí mismos. Ofrecerles un entorno perfecto y seguro no es la mejor manera de desarrollar el potencial de los niños. Y esta filosofía está presente en todo el nuevo edificio. Por ejemplo, incorporamos al proyecto tabiques de madera no lineales que creaban espacios a ambos lados y que eran los alumnos los que deberían determinar su función dependiendo de cómo utilizaran ese espacio según su creatividad. Y más, los escalones de la sala de lectura se mezclan con las estanterías y de esta manera ese rincón está abierto a utilizarse de mútiples maneras, y los niños demostraron que su imaginación iba mucho más allá: ellos mismos se metían en los estantes y se divertían simplemente pasando allí el rato. Hay muchos más elementos cuya función no está preconcebida por el arquitecto o el cliente. Los tirantes que cruzan en diagonal la segunda planta tiene una función estructural pero los niños los han incorporado a sus juegos dada la cantidad de tirantes que encuentran.
Los colores y materiales elegidos para el edificio no son los habituales de las escuelas infantiles, en las que abundan los tonos pastel. Por otra parte las habitaciones que surgen al cerrarse una puerta proporcionan un ambiente controlado para que los niños puedan dormir profundamente.
Mi objetivo era lograr una metodología de diseño que fuese aceptada por los otros. Los otros en este caso era el condicionante de proyectar sobre un almacén prefabricado que yo no había diseñado. Este proyecto es una continuación de lo que llevo desarrollando estos últimos años, como por ejemplo mi trabajo con “ex containers”: convertir en edificios los containers de barco es el ejemplo más claro de este propósito. Otro proyecto es el desarrollo de un software que ayude al usuario final a comprar y diseñar sus propias casas: “HouseMaker”.
Podría decirse que estoy intentando realizar un planteamiento racional en el campo de la renovación y en el de nueva construcción en solares vacíos. Es el reflejo de la situación a la que nos debemos enfrentar los arquitectos jóvenes en Japón tras el colapso de la economía.