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Hufton + CrowFrederiksbjerg es la primera escuela construida en el centro de Aarhus, la segunda mayor ciudad de Dinamarca, en, aproximadamente, los últimos cien años.
La nueva Escuela, que también alberga un centro de día y un centro para jóvenes, se ha construido en el solar que dejó una escuela anterior, el colegio St. Annagades. Durante décadas, St. Annagades funcionó también como un lugar de reunión para el vecindario y esta circunstancia influyó en el planteamiento de la nueva escuela, que de alguna manera debía preservar la función que había quedado en la memoria local.
El colegio debe acoger tanto a jóvenes como niños pequeños. Su objetivo es ofrecer un ambiente idóneo para desarrollarse y aprender, pero no sólo para los niños, sino también para los adultos. En el diseño del edificio el foco de la arquitectura se detiene especialmente en múltiples cualidades espaciales como es la luz natural y los materiales que ayuden a crear el ambiente adecuado para aprender a través del movimiento y la percepción sensitiva.
El proyecto sigue el programa para los nuevos espacios de aprendizaje en escuelas e instituciones públicas del gobierno municipal de Aarhus. El programa se centra en el punto de encuentro entre el proyecto organizativo del edificio y la práctica y el propósito educativo, unión que se ha demostrado que tiene un gran impacto en el aprendizaje de los niños.
Conceptos de proyecto
La Escuela Frederiksbjerg se organiza en torno a un atrio central con el que se conectan diferentes piezas del proyecto: salas de prácticas, laboratorios, cocinas de enseñanza... Al desplazarse por el edificio desde la entrada principal, se comienza desde este atrio, abierto y amplio, se atraviesan estas áreas de menor tamaño y de uso compartido y se alcanzan las clases más pequeñas y las salas destinadas a grupos en los claustros. Esta estructura se repite idéntica en las tres plantas.
El centro de día, las aulas para los más pequeños y la zona de administración se sitúan en la planta baja y la primera planta; los estudiantes de primaria ocupan la segunda planta y los más mayores están en la tercera planta.
Los estudiantes y los profesores se encuentran en el atrio, que es el elemento que conecta en vertical todas las plantas y busca fortalecer la conexión visual y física entre estudiantes y profesores.
Los llamados claustros se construyen en torno a una sala común central que fomentan la realización de diversas actividades y el estudio. Las áreas para actividades están diseñadas para aprender a través del movimiento y del juego. Estas áreas están específicamente equipadas según las edades y niveles de los grupos en cuanto a madurez comprensiva y motora. Las áreas de estudio se diseñan ocupando pequeños nichos en los que se crea un ambiente adecuado para el estudio individual.
Las clases se sitúan en estos claustros del edificio y cada clase tiene su propia sala común a la que se puede acceder tanto desde la clase como desde los espacios compartidos.
Las aulas están preparadas para albergar diferentes fases de aprendizaje: la escalera sirve de graderío y un proyector transforma la zona en la que va a tener lugar una presentación. Las sillas y mesas pueden moverse libremente, lo que permite a los estudiantes estudiar en grupos o de manera separada. Los alféizares de las ventanas están hechos para acoger un estudio silencioso o para descansar y desde donde los estudiantes pueden observar desde las alturas la escuela y la ciudad circundante.
Fuera de las horas de colegio, las aulas, los campos de deporte y el polideportivo están abiertos al uso por parte del público y de las asociaciones deportivas locales.
Contexto y entorno
La Escuela se sitúa en el barrio de Frederiksbjerg, en la zona sur del centro de Aarhus. El barrio se define por una construcción homogénea de bloques de ladrillo rojo de 4-6 alturas. En la zona en torno a la nueva Escuela se localizan muchas instituciones públicas e instalaciones para actividades diversas, como es una piscina cubierta, una mercado abierto y una importante área de juegos.
El acceso principal se sitúa en la esquina de dos calles históricas y se construye una solución en voladizo, de doble altura, sostenida por pilares de hormigón que conectan con los pilares del atrio. Hacia el sur, a lo largo del bulevar, se sitúa una gran escalera que se utiliza con frecuencia como zona de reunión y asiento y que sirve para conectar la escuela con su entorno.
La Escuela comparte las áreas de juego públicas con las viviendas e instituciones vecinas y que incluyen una cocina al aire libre, casetas de herramientas, conejeras y un garaje para vehículos infantiles.
El edificio cuenta con grandes terrazas en cada planta que funcionan tanto como zona de recreo como aula de enseñanza. En la cubierta se sitúan canchas de juego y zona con mobiliario para sentarse, relajarse o disfrutar de las vistas. Algunas de las terrazas pueden utilizarse también como talleres de apoyo para las aulas. Y todas las Terrazas permanecen abiertas al público fuera del horario escolar.
Materiales
Las fachadas son de ladrillo reciclado. De hecho, el 20 % provienen del viejo colegio de Sct. Annagades y aportan al edificio una pátina que contextualiza la nueva construcción con el barrio histórico en el que se levanta
El ladrillo también cuenta de alguna manera la historia del antiguo colegio y refuerza la identidad del nuevo. Es un material táctil, rojo que añade calidez y lanza un mensaje de bienvenida desde el exterior de la escuela, que además ofrece también un lenguaje más actual y dinámico con pilares de hormigón, superficies grises y revestimientos de colores.
Dentro del edificio, los colores y los materiales sirven para orientar y organizar la escuela. Dos aulas envueltas en placas acústicas rojas y naranjas quedan prácticamente flotando sobre el atrio y tres pinturas murales envuelven otros espacios de encuentro cercanos a este núcleo de comunicación.
El edificio se muestra como una escuela viva y dinámica en donde tanto los niños como los adultos pueden sentirse identificados con el diseño así como con la institución escolar.
La iluminación natural y la enseñanza
La iluminación natural es uno de los factores que más influyen a la hora de crear una atmósfera interior beneficiosa. La variedad de la intensidad, del color y de los movimientos de la luz son claves a la hora de diseñar un espacio.
El diseño de la Escuela Frederiksbjerg plantea la iluminación natural como una fuente de luz en constante transformación. En el proyecto del edificio las dimensiones de las ventanas tienen una gradación, siendo de mayor tamaño las situadas en el centro de la fachada, más pequeñas en la zona superior cerca de la cubierta y situando las de menor tamaño cerca del terreno. El diseño de los huecos crea de manera natural una experiencia diversa de la incidencia de la luz natural en el edificio. Este concepto ya se ha utilizado con éxito en otros edificios educativos de Henning Larsen Architects.
Las ventanas de mayor tamaño abiertas en el centro de la fachada ofrecen unas vistas generosas hacia el exterior; las ventanas situadas cerca de la cubierta permiten que la luz natural penetre en profundidad en el edificio y las situadas más abajo invitan a los niños a sentarse en ellas a leer o jugar en el alféizar.
Para evitar un exceso de calor y de luminosidad se han instalado de manera discreta soluciones de protección solar en todas las ventanas.
Desde enero la Escuela Frederiksbjerg funcionará como un laboratorio que estudia la relación de la luz natural y la luz artificial.
A partir de enero, la Escuela Frederiksbjerg funcionará como un laboratorio para estudios sobre la correlación de la luz del día y la luz artificial y su importancia en un nuevo entorno de aprendizaje. Este proyecto está dirigido por el departamento de sostenibilidad de Henning Larsen Architects, que trabaja con la Universidad Técnica de Dinamarca, la Universidad de Copenhague, la Universidad de Aarhus y el Instituto Danés de Investigación sobre Edificios.
Arte y diseño gráfico
En la Escuela han participado dos artistas daneses que han llevado a cabo 17 intervenciones, entre esculturas, instalaciones, pinturas murales, etc. Las artistas que han participado han sido Grethe Sørensen y Rose Eken, autora de los murales situados en torno a la escalera principal.
El concepto del diseño gráfico se ha desarrollado en línea con la idea arquitectónica. Los diseñadores gráficos del equipo de Henning Larsen Architects han creado una identidad visual basada en palabras clave como son: apertura, amabilidad, movimiento, diversidad, juego y aprender, como objetivos del proyecto.
Fotografía: Virklund SportLa tipografía Deyinyl es la clave inicial sobre la que se basan los trabajos gráficos y de señalética que se repiten tanto en el interior como en el exterior del edificio.
Henning Larsen ArchitectsDescarga*.pdf con más información AQUÍ