En la ladera de Entlisberg, orientada hacia el valle de Sihl, aparece la antigua escuela para niños sordos formando un conjunto urbano con el antiguo orfanato. Sobre la amplia plataforma que da a la Frohalpstrasse, los dos edificios se elevan formando una secuencia, libres y abiertos al paisaje. La ampliación de la escuela se concentra en un único edificio, definido de manera precisa, que refuerza las diferentes áreas del parque sin afectar a la continuidad del espacio. Este nuevo edificio tiene una altura de cuatro plantas y constituye una oposición al edificio principal del antiguo orfanato de Entlisberg. Girado respecto a la geometría del conjunto preexistente, el nuevo centro se enfrenta al edificio principal más como una constelación espacial que como un orden geométrico. Los espacios exteriores son así organizados y reforzados en su diversidad. El nuevo edificio parece difuminarse en el parque y se orienta, en una de sus fachadas, hacia el área central de recreo, mientras que en otra busca la vista exterior del valle del Sihl.
Situado entre los abedules, el nuevo edifico se muestra como un pabellón de una planta hacia el edificio principal. La fachada de la planta baja se adelanta y resuelve el acceso, así como los enormes espacios necesarios para fisioterapia. De un modo casi quirúrgico, la entrada metálica y angulosa avanza hacia el parque y disecciona el espacio entre los árboles y el edificio principal. Hacia el valle, las cuatro plantas se apilan y buscan las vistas, a las que se abren en toda la anchura de las clases.
El nuevo edifico se reviste con chapa ondulada de aluminio sin anodizar en casi todo su perímetro. Sólo la fachada principal prescinde de él. Las aristas afiladas recuerdan los instrumentos ópticos y su geometría subyacente. La piel de aluminio está perforada y se muestra como una cortina ondulada. Como un camaleón, el edifico se mimetiza con el entorno, desaparece de pronto para reaparecer en el mismo lugar. Además, gracias a un trabajo delicado y preciso, el aluminio sin anodizar pierde su condición habitual de material sólo apto para arquitecturas efímeras.
Tras el área de acceso se sitúan dos clases, entre las que se disponen las estancias de preparación y espacios adyacentes. Este esquema se repite en las cuatro plantas. Los pasillos y escaleras se diseñan como espacios abiertos que se dejan sin tratar ni colorear. La inmediatez del acabado de la estructura contrasta con el refinamiento de los acabados.
El nuevo edificio, percibido como densificación del contexto actual, busca un uso selectivo de los recursos disponibles y un acercamiento respetuoso a las zonas verdes, que en este momento se están convirtiendo en una excepción. Es el resultado de concentrar todos los espacios provisionales del antiguo Centro de Oído y Lenguaje bajo un único techo.
Texto: Wim Eckert
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Autoría: e2a eckert eckert architekten - Wim Eckert / Piet Eckert
Localización: Zúrich, Suiza
Año: 2003-2008
Fotografías: Dominique Marc Wehrli / e2a eckert eckert architekten
Editado por:
Publicado: Dec 9, 2013