DESCARGA AQUÍ EL PDF CON MÁS INFORMACIÓNProducto de un reciente programa del Gobierno del Estado de São Paulo, los proyectos de la FDE tienen en común la búsqueda del sistema constructivo, los componentes industrializados, el programa de salas de convivencia, la articulación entre los espacios y la intención de crear un lugar cómodo y con arquitectura de calidad para la práctica de la enseñanza a los ocupantes de las escuelas.


La intención, desde el comienzo, fue la de propiciar una gran integración entre los espacios públicos y los semipúblicos, entre el espacio interno y el externo. De esta manera, el accidentado terreno fue tratado para proporcionar una gran plaza de acceso a la escuela que, cuando sus portones son abiertos, se transforma en un agradable espacio de convivencia para la comunidad, ya que los finales de semana la escuela se abre para el uso de la misma comunidad.
La estructura de la escuela está compuesta de elementos prefabricados de hormigón. Este sistema, escogido por la garantía de la calidad de ejecución, de la rapidez de montaje y del coste accesible, muestra la característica de la escuela.
El edificio posee un bloque con tres pisos y otro con solamente un piso, donde se ubica la cancha polideportiva. El piso bajo del edificio concentra las funciones administrativas, y los demás pisos son ocupados por las salas de clases y espacios de apoyo. El galpón cubierto, en el primer piso, tiene pie derecho doble y está completamente abierto para el área de diversión externa.
La estructura de hormigón del edificio sobrepasa los límites del mismo, sosteniendo también los elementos de sombra. En la parte del frente, elementos ahuecados de hormigón, con aberturas irregulares, son agrupados para formar un gran mosaico que filtra la luz. Este mosaico de hormigón asegura interesantes visuales, tanto por el lado interno, que parece poner un marco al paisaje, como del lado externo, cuando se asemeja a un enorme panel.
En la parte posterior, en el trecho con pie derecho doble del pabellón, la sombra es producida por medio de chapas perforadas de aluminio que permiten que durante el día la luz entre de tal manera que las chapas queden prácticamente transparentes para quien está dentro del pabellón, aumentando la sensación de que no hay un límite claro entre el interior y el exterior del edificio. Durante la noche, cuando las luces de las salas de clase están encendidas, ambos brisoleil pierden su fuerza y la escuela gana un carácter más liviano y diáfano.

