Fotografías: Jesús ArenasEl proyecto responde a la voluntad de integrarnos en el cementerio sin distorsionar la gran poética que emana de él.
Nos hemos situado en la parte superior de una colina que cubre la capilla y los servicios, de manera que desde el cementerio no se percibe la nueva edificación pero, en cambio, desde ella sí que percibimos la atmósfera y la belleza del cementerio.
La idea principal del proyecto ha sido la de entender con delicadeza la situación que implica el programa. Nuestro posicionamiento ha sido el de relacionarnos con la naturaleza generando un diálogo entre los visitantes y el paisaje lejano que se entrevé desde los ventanales del edificio.
También responde a esta voluntad la ubicación ligeramente elevada del crematorio, situado justo por encima de un conjunto de plantas aromáticas. Pretendemos dar la sensación de estar en un plano diferente a aquél donde transcurre la cotidianidad y que nos relaciona con la vida.
A pesar de que se podría considerar un edificio meramente técnico, hemos querido dotarlo de toda la poética que el estado de ánimo de aquellos que acuden a este espacio requiere.
Se han utilizado los materiales que relacionan el edificio con el cementerio. Por un lado, el hormigón, material predominante en el cementerio, confiere al crematorio un carácter más escultórico y, en cambio, el cerramiento cerámico le da una dimensión menos monolítica y más acogedora.
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