Centro de salud en Cotobade. Enrique Rodríguez

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El territorio rural gallego, como es bien conocido, es un espacio fuertemente humanizado desde la lógica del aprovechamiento agrario. Con el desarrollo económico moderno y actual las pautas de uso y formalización de este espacio cambian de modo radical, especialmente en áreas de periferia urbana de las ciudades y en los ámbitos próximos a las vías de comunicación. Así se traslada la "urbanización" propia de otra escala, ciudad, descontextualizándose mutuamente el rural existente y estos nuevos esquemas. La parcela asignada al Centro de Salud de Tenorio - Cotobade, próximo a Pontevedra ciudad, es un resto de prados al pie de los trazados antiguo y nuevo de la N541, a cota inferior de la carretera, con un pequeño río que anega sistemáticamente el terreno, como indica su topónimo: as Lagoas. En estas condiciones el Centro de Salud, edificio institucional, se proyecta buscando una abstracción formal que reduzca al mínimo la geometría y construcción del edificio, haciéndolo claramente identificable, acorde con el carácter de la institución reconocible que el Centro de salud debe expresar a su entorno de expansión rural-urbana poco cualificada urbanísticamente. Esta abstracción se acentúa al elevarse la planta de uso público de la cota del terreno debido a la necesidad de evitar anegamientos por desbordamiento del pequeño río, adoptando una actitud de protección respecto del suelo similar a otras construcciones rurales. Se reduce al mínimo indispensable la "urbanización" , aparcamiento y aceras, a los bordes de la parcela, valorando muros existentes, y tratando de mantener el carácter de prado - braña del lugar.

El esfuerzo que tiene que realizar el edificio sobre los mínimos apoyos para despegarse del terreno y encontrar su nivel de flotación con las calles - carretera, se resuelve discretamente convirtiendo el volumen en una caja resistente, disponiendo una trama estructural uniformemente repartida en los espacios internos. Este orden estructural y espacial es la pauta donde se integra el orden que impone la sucesión de consultas y esperas, sencilla, compensada con la cualificación de cada espacio de espera en común, buscando distintos grados de intimidad en función del tipo de paciente y uso predominante de cada agrupación de consultas. Se pretende sacar el mayor partido arquitectónico a la relación del espacio exterior mínimamente ajardinado con los locales que sirven en cada orientación solar. Transparencias, inclusión de unos espacios en otros.

La estructura se realiza mediante un entramado modulado de 3x3,60 m bidireccional de celosías de acero laminado y galvanizado. El montaje se realiza disponiendo primero los pórticos del eje este-oeste (números del crucigrama), que contienen ya realizados en taller los complejos nudos entre barras, para posteriormente atornillar los elementos de barras perpendiculares norte-sur (letras del crucigrama). Las cuadrículas entre barras son losas comprimidas en suelo de planta y chapa lisa traccionada en cubierta. El núcleo central del edificio funciona como un anillo que arriostra todas las tensiones de los importantes voladizos y garantiza la transmisión de cargas, concentrándolas, al reducido apoyo en un terreno inundable y muy inestable. El acabado interior de la estructura vista se termina con pintura de protección contra incendio, pero se mantiene una terminación metálica en su pintura, continuando la dialéctica de metales- galvanizado, inoxidables, aluminios anodizados- frente a vidrios de diferentes tonos y hormigones coloreados. Se ha aplicado la galvanización barandillas exteriores, escalera prefabricada, puertas especiales estancas de sótano, diseñando uniones atornilladas y anclajes inoxidables.