Durante la concepción Del proyecto, algunas directrices básicas se impugnan, El respeto a ellas torno posible la realización de un producto final muy próximo al idealizado. Los clientes eran una familia con dos hijos pequeños que esperan un tercero. Entonces la arquitectura debería prever mutaciones.
Emplazamiento, materiales, sistema constructivo y color fueron dirigidos a la integración en la naturaleza minimizando siempre una traumática intervención en la flora atlántica.
La situación geográfica privilegiada exigía la creación de grandes huecos con el menor número de elementos posibles que bloqueasen las vistas. Una estructura mixta, leve, se proyectó con madera de ipé. Su color, su fibra, textura y resistencia (peso específico mayor de 1.1, que la hace especialmente resistente en un ambiente húmedo exterior) unida al galvanizado que soluciona las uniones, permiten cargas y vanos razonables, así como una prefabricación a partir de formas y modulaciones rígidas, evitando grandes cantos en sus secciones y proporcionando la posibilidad de crecer en el futuro.
Las soluciones técnicas han sido estudiadas para que la construcción resultase lo más práctica posible. La humedad y el índice pluviométrico local exigían una membrana impermeable que la recubriese de manera integral, sin juntas que ofreciesen un control de la humedad y la temperatura. La exigencia de cerramientos ligeros, nos llevó a dos soluciones: vidrio y hormigón celular, por práctico, rápido y aislante.
El hormigón celular armado, ligerísimo, nos permitió mantenernos dentro de los parámetros iniciales, solucionando estructuralmente la cubierta del jardín imaginada así como el aislamiento térmico buscado.
Es notable resaltar que una climatización y un control de humedad fueron las exigencias del propietario, resueltas con un sistema de aire acondicionado por agua helada, que provenía de una central subterránea inyectada en el suelo. El revestimiento exterior en madera, contribuyó sustancialmente en la disminución de la carga térmica, participando del mimetismo pretendido, sin mantenimiento, apenas cuidados, como el bosque.
La casa fue vendida en 2010 y el nuevo propietario la destruyó.
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Autoría: Ricardo Villar
Localización: Río de Janeiro, Brasil
Año: 1981-1984, 1988
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Publicado: May 25, 2015