Casa en Miño. Carlos Quintáns

Carlos Quintáns

Es fácil encontrar casas en Galicia que van creciendo según las necesidades, partían de una planta baja a la que se le suma una segunda y se va rodeando de espacios cubiertos para los aperos y para los animales, hasta el límite de la propiedad o de las necesidades. La situación de esta casa en Miño era la de una de estas viviendas que había ido creciendo y lo había hecho sin lógica y con precariedad. La parcela estaba casi colmatada por una suma desigual de cubiertas y muros que apenas dejaban espacio libre.
Al realizar la reforma lo primero que se hizo fue derribar los alpendres que rodeaban la construcción principal y en esta también los poco afortunados volúmenes de una falsa galería de ladrillo y un baño en un cuerpo volado construido probablemente en los 70. La casa tiene una superficie pequeña y poca altura, por lo que se le añade un cuerpo de una planta que se adapta a la geometría de la parcela. La parcela no es muy grande y al menos visualmente no se va a limitar más que con lo muros que ya la limitan: un muro de mampostería que le separa de la rectoral y otro de contención de terreno; para la separación con un camino en la parte posterior de la casa y bajo un hórreo se colocan unas viguetas que se habían conservado y que separan pero no visualmente , prolongando la visión. Hacia el frente se confía en la vegetación para asegurar la intimidad.
El volumen principal se vacía y se ajusta las alturas de las plantas para conseguir el desahogo que no existía. Abajo la cocina y el estar en un espacio único y arriba el dormitorio principal con el baño separado únicamente por un tabique y en un continuo que permite ver todo el espacio bajo la cubierta y moverse libremente sin puertas que separen. Esta delimitación interior se realiza únicamente con el cambio de nivel y por la presencia del grueso muro que separa la construcción existente de la nueva. No hay puertas ni dentro de la planta alta ni en la planta baja; con la única salvedad del baño construido en el añadido para las dos estancias para dormir y la zona de trabajo entre ellas, dispuestas también sin interrupciones de tabiques ni puertas. La casa es un todo continuo que podrá fragmentarse en un futuro cuando se pudiese desear una mayor privacidad.
El cuerpo principal respeta en su configuración y en su aspecto las condiciones heredadas y la ampliación se realiza con un muro de hormigón visto hacia el interior que se forra con madera al exterior. La diferencia entre lo existente y el añadido debe ser evidente. La casa se reviste al exterior con madera de eucalipto termotratada, pasando de un color oscuro y un olor intenso a un gris que va apareciendo con el tiempo.
Hacia el interior se muestra la construcción sin tapujos. Los forjados unidireccionales con bovedilla de hormigón se dejan vistos con la excepción de la zona de la cocina(en el cuerpo principal). La cubierta del cuerpo principal es de estructura de madera y un tablero de madera la forra al igual que se hace en todos los puntos en los que los muros necesitan una protección, en el resto se dejan vistos. El suelo de planta baja de hormigón y la poca tabiquería de bloque de hormigón, visto y pintado. Los revestimientos cerámicos son reutilizados, destacando un juego de cornisas cerámicas de dos colores y dimensiones que se han dispuesto en la ducha de la planta alta.
Los huecos del volumen principal son los que se conservaron y en el añadido un gran hueco aúna en una única mirada hacia el exterior todo lo que ocurre en ese espacio fluido de dormitorios y zona de estudio.
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Ficha técnica

Autoría: Carlos Quintáns

Localización: Bañobre, Miño, Coruña, España

Año: 2009-2013

Fotografías: Gimena Berenguer / Carlos Quintáns


Editado por:

CQ Tectónica

Publicado: Nov 10, 2014

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