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Stefan MüllerLa nueva biblioteca de Heidenheim es una pieza abstracta en el horizonte de la ciudad. La pieza se extiende desde el caso histórico hacia la parte este de la ciudad -caracterizada por una arquitectura de posguerra muy heterogénea- y unifica las diferentes capas históricas de Heidenheim.
El centro de Heidenheim se caracteriza por una arquitectura de posguerra, que es visualmente distintiva del desarrollo del casco antiguo de la ciudad. La biblioteca se encuentra en la parcela de una antigua prisión, hasta entonces inaccesible, y que siempre puso de manifiesto la división entre la pequeña escala del este de la ciudad y el caso antiguo. La nueva biblioteca conecta dos áreas: como figura urbana, refleja las muchas capas de la historia de Heidenheim y por otra parte encaja la escala de la zona que le rodea proporcionándola con los aleros de los edificios próximos del casco antiguo. La biblioteca se orienta paralela a la estructura urbana, definida por las construcciones del casco antiguo. La transformación de esta ciudad orgánica resulta en una estructura escultórica, una silueta urbana. En conjunción con el vecindario de la iglesia de St. Paul y el antiguo ayuntamiento, el nuevo edificio puede ser visto como un objeto único o como parte integral de un contexto urbano.
El asentamiento urbano y la formulación del nuevo edificio hace referencia directa a las tipologías de la ciudad interior, caracterizada por pasadizos, plazas y paseos. Con la nueva explanada urbana que se genera en la fachada este, el nuevo edificio conecta la estación central de autobuses en el norte con el ayuntamiento en el sur, creando así una nueva unión y un área urbana excepcional. La distribución de la planta se proyecta al exterior en la plaza, reflejando también la silueta del edificio. Entre la estructura del barrio y el nuevo edificio, emerge un pasaje como contrapunto al paseo que discurre por el frente.
Las ventanas de gran formato se desmarcan deliberadamente de la arquitectura más ornamentada de sus alrededores. Las incisiones de la fachada, dirigen al visitante hacia el espacio urbano permitiendo la entrada de luz natural. Desde el exterior, la escala real de las ventanas es difícil de determinar, creando un contraste muy atractivo frente a los grandes muros ciegos. La fachada está formada por un muro de fábrica de ladrillo claro, cuya referencia cromática es Schloss Hellenstein, cuyas torres son visibles desde cualquier punto de la ciudad. Para conseguir un efecto de vibración en la fachada, se utilizan también ladrillos con base de clínker. El carácter vibrante de ladrillo contrasta con las juntas de mortero que aportan también tonos de la gama cromática del propio ladrillo de clínker. La textura de la fachada tiene cierto relieve, pero este no es tan apreciable desde la distancia debido al contraste de escala. En las esquinas del edificio y en la parte del interior se utilizan paños de muro perforados para conseguir un efecto traslúcido que intensifica el carácter monolítico y escultórico del edificio.
El edificio alberga la biblioteca municipal, un café, un salón de eventos, una mediateca y un archivo municipal. La mezcla de usos transforma el edificio en un espacio público con una cierta identidad, y especial significado expresado a través de su arquitectura. Situado en un patio de nueva construcción, su entrada principal, que se abre al exterior, invita al visitante al vestíbulo que permite entender la escala total del edificio. Todas las funciones son reconocibles desde ese punto. Desde el vestíbulo de entrada, el camino lleva a la “plaza del mercado”, o la biblioteca, así como al recinto para eventos, diseñado para aproximadamente 160 espectadores, y a la mediateca. Desde la plaza del mercado, una generosa escalera lleva a la zona “sin libros” de la biblioteca en la primera planta y al denominado “paseo” en la segunda planta, que conecta con la sala de lectura.
El café, se encuentra en la zona sur del edificio, a la que también se accede desde el patio, formando otra entrada y punto de atracción. La biblioteca actual, es un espacio libre de apoyos, se extiende hasta la segunda planta y se conforma como un espacio distintivo, con una silueta muy llamativa. La secuencia de espacios altos y pequeños espacios crean una continuidad de lugares, a lo largo de los 110 m de longitud del edificio. Esta disposición de espacios, alternando las diferentes alturas, caracteriza el espacio de lectura, creando un paisaje. Dos terrazas de lectura en la planta superior invitan a los visitantes a descansar y relajarse en el espacio abierto cuando hace buen tiempo. En el interior, el mobiliario también ha sido diseñado. Los muebles son completamente blancos y destacan con piezas de madera de roble, como las estanterías. El acabado del suelo es de hormigón pulido.
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