Tres casos de éxito de renovación de cubiertas de teja en edificios históricos mediante Verea System

TEJAS VEREA

La conservación y mantenimiento del patrimonio histórico supone en países como España en los cuales el número de edificios declarados con diferentes niveles de protección son incontables, una inversión muy elevada y constante. El elemento clave para frenar el deterioro del edificio, es la cubierta. Proteger la construcción de la lluvia y, por lo tanto, de la humedad, evitar la invasión de la vegetación, la entrada de animales…, permite llevar a cabo un mantenimiento y rehabilitación en fases según se disponga de fondos.

La cubierta de teja

“En las áreas con mayor disponibilidad y tradición en el trabajo de la arcilla cocida se desarrollo la cubierta de tejas, que diferenciaba ya en el plano de escorrentía las líneas de canal y las líneas de cobija, consolidando la familia de las cubiertas de piezas colocadas a junta continua.

El solape canal-canal y cobija-cobija, junto con el desnivel o cresta canal-cobija, son las garantías de estanqueidad de este tipo de cubierta. La magnitud de ambos parámetros –solape y desnivel- debe corresponderse con la pendiente mínima de colocación para garantizar la estanqueidad. Es la cubierta que ha acompañado la expansión de Roma, de la cultura árabe mediterránea, e incluso de China y Japón.”1

Esta sabiduría sobre el funcionamiento de una cubierta realizada a base de piezas en las que cada una desempeña una función para lograr una solución de eficacia completa, ha pervivido hasta nuestros días y continúa avanzando en la calidad de los materiales utilizados pero no en su esencia misma.

Se describe en este artículo tres ejemplos de renovación de las cubiertas de teja en tres edificios históricos del patrimonio español utilizando el sistema desarrollado por la empresa Tejas Verea.

Monasterio benedictino de Santa Cristina en Parada de Sil

El monasterio benedictino de Santa Cristina (Parada de Sil, Ourense), se sitúa en un paraje de gran belleza, un bosque de robles a orillas del Sil. Fotografía: Mark Ritchie.

El Monasterio de Santa Cristina en en la ladera del Monte Varona. Imagen: iamato - originally posted to Flickr as monasterio en medio del bosque. Creative Commons license.

Su origen data del siglo X con intervenciones posteriores que crearon un conjunto sobrio, en el que los elementos románicos iniciales se mezclan con soluciones góticas y detalles renacentistas, siempre con la austeridad que impone el Císter y la rudeza de la labra en granito. Con la Desamortización de Mendizábal (1836-1837) el lugar quedó abandonado y tuvo diversos usos.

En 2018 fue sometido a una profunda actuación de rehabilitación, labores que incluyeron entre otras, la reparación total de sus cubiertas con una superficie aproximada de 650 m2.

Fotografía: Mark Ritchie.

La estructura de cubierta estaba formada por teja cerámica colocada sobre un forjado de ripia, y adolecía de problemas tales como filtraciones de agua y deslizamiento de tejas. 

Desmontaje de la cubierta.

Colocación de primera línea de tejas de alero sobre placa ondulada impermeabilizante.

Detalle de la colocación de teja de alero. Todas las tejas vienen perforadas para su fijación.

Fijación pieza de alero a la lámina impermeabilizante y de esta manera servir de tope al resto de las tejas que van unidas mediante un gancho de acero inoxidable para evitar que se levanten por acción del viento.

Alero terminado con pieza interior para evitar la entrada de pájaros.

Faldón terminado. Las tejas son de 45 x 20 cm acabado rústico. Fotografía: Mark Ritchie.

De acuerdo con el DIT 590R/18 de Tejas Verea, la solución se realizó colocando una placa ondulada impermeabilizante ligera, sobre la que se fijó mecánicamente y en seco teja de 45 x 20 cm acabado rústico. 

Colocación de tejas de cumbrera.

Cumbrera y limatesa deben estar especialmente protegidas por ser líneas de entrada de agua directa, para lo cual se añade una lámina impermeabilizante en ese punto. Las piezas, de 50 x 23 cm, se fijan a un perfil metálico autonivelante.

La solución garantiza la microventilación de toda la cubierta gracias a la entrada de aire por el alero y su salida mediante el sistema de cumbrera ventilada contemplado en el propio DIT.

Limatesa terminada. Todas las tejas van cosidas para evitar que se levanten por acción del viento (el sistema ha sido testado con vientos de hasta 180 km/h).

Templo visigótico de Santa Comba de Bande

La segunda obra que se presenta está también situada en tierras gallegas, es el delicado templo visigótico de Santa Comba de Bande (Ourense), declarado Monumento Nacional en 1921. Su origen se remonta al siglo VII y ha sufrido muchas etapas de abandono. Lo que en principio era un conjunto monacal se limita en la actualidad a la iglesia, de firme construcción a base de grandes sillares labrados en granito con bóvedas de medio cañón construidas en ladrillo del tipo romano, y bóveda de arista en el cimborrio.

En el año 2016 se realizó una rehabilitación integral de su cubierta (unos 200 m2), con el objetivo de solucionar los problemas de humedades, filtraciones de agua y caída de restos de tejas antiguas desconchadas por los efectos de la helada.

Como primer paso de la actuación se procedió a retirar la cobertura cerámica en su totalidad, así como las placas de fibrocemento, que además de estar dañadas contenían amianto. Estas placas se sustituyeron por unas nuevas (cuya fabricación se realizan sin amianto desde 2002), y sobre ellas se procedió a la colocación de teja curva cerámica Verea color Jacobeo, siguiendo las indicaciones del Verea System (DIT 622/16). 

Para asegurar que todas las piezas de la cubierta quedasen fijadas y evitar posibles deslizamientos de las mismas, todas las tejas de alero se fijaron mecánicamente a la placa ondulada, asegurando el resto a la placa de fibrocemento con gacho de acero inoxidable y espuma de poliuretano. 

Del mismo modo, la cumbrera se ejecutó también con una solución en seco, atornillando las tejas de cumbrera a un perfil metálico autonivelante, lo que garantiza a la correcta ventilación de la cubierta mediante la entrada de aire por la zona de alero y su salida por la cumbrera, mediante el “efecto chimenea”.

Palacio Real de Valladolid

Y finaliza la presentación de tres ejemplos de cubiertas renovadas mediante Verea System con el Palacio Real de Valladolid, obra del siglo XVI que mandó construir Francisco de los Cobos, secretario de Estado con Carlos V según un proyecto de 1524 del arquitecto real Luis de Vega. Cuando la corte se trasladó a Valladolid (1601 a 1606) se convirtió en Palacio Real. Actualmente es sede de la Subinspección General del Ministerio de Defensa y, salvo las adaptaciones de las estancias el edificio mantiene la volumetría y estilo renacentista con el que fue construido.

Vista aérea del Palacio Real de Valladolid. Via visitarvalladolid.com.

Durante el año 2019 se llevaron a cabo las labores de rehabilitación de tres faldones de la zona noreste del Palacio Real de Valladolid. Estas zonas estaban muy afectadas por las filtraciones de agua, por lo que se procedió a la retirada de la cobertura cerámica antigua y de la placa impermeabilizante asfáltica, muy deteriorada y en muchos casos desgarrada en la zona de anclaje.

Desmontaje de la cubierta.

Colocación de aislamiento de poliestireno extruido (XPS) sobre hormigón ligero de nivelación.

Colocación de placa asfáltica ondulada sobre aislamiento.

A continuación, y dada la irregularidad del forjado de cubierta, se aplicó un hormigón ligero de nivelación, sobre el que posteriormente se colocó un aislamiento rígido tipo XPS y una capa impermeabilizante asfáltica.


Colocación de pieza de fijación de teja en alero sobre la placa asfáltica.

Impermeabilización de encuentros.

Impermeabilización de encuentro con paramento vertical.

Para la colocación de la teja cerámica color 'Jacobea', que combina diferentes tonalidades, se siguieron las indicaciones del DIT 590R/18, mediante una fijación mecánica de todas las tejas, con especial atención a las tejas de alero que se atornillaron íntegramente a un soporte especialmente diseñado para este propósito e incluido en el sistema. 

Colocación de tejas de alero.

La cumbrera y limatesa se ejecutaron mediante un perfil metálico sobre el que de nuevo se atornillaron las tejas de cumbrera (que ya vienen pretaladradas de fábrica), garantizando la impermeabilidad y ventilación mediante la colocación de una lámina impermeable transpirable bajo mencionado perfil, así como cuñas cerámicas. 

Faldón terminado.

El mantenimiento para asegurar el buen funcionamiento del sistema es muy poco exigente: una vez al año, o tras alguna tormenta importante, revisar el funcionamiento de sumideros, canalones y rebosaderos, y cada tres años comprobar el estado de las piezas y de los puntos singulares. El crecimiento de musgos y líquenes sobre la superficie de las tejas es un proceso natural que no altera sus cualidades a lo largo del tiempo, y que incluso aporta ‘antigüedad’ a los edificios y en el caso de los que se encuentran rodeados de naturaleza, mimetismo con el entorno.

1.Zamora, Joan Lluís. “La cubierta inclinada” Tectónica núm. 8, p. 6, Madrid, 1998.

La renovación de la cubierta de estos tres edificios asegura la prolongación de su vida útil, bien como edificio administrativo o como lugar de culto o testimonio del pasado, todos ellos con cualidades arquitectónicas por las que merece la pena una visita para admirarlos.


Editado por:

Redacción Tec.. Tectónica

Publicado: Jun 1, 2020

Materiales relacionados Articulos relacionados
¿Quieres que Tectónica sea tu MediaPartner? Descubre cómo aquí