El Premio Europeo de Vivienda Colectiva pretende reconocer los proyectos que tienen un impacto positivo en las comunidades y contribuyen al desarrollo urbano sostenible, al tiempo que promueven la arquitectura de calidad. Subrayando la importancia de la vivienda como necesidad humana fundamental y activo social, el Premio fomenta la innovación, la inclusión y la responsabilidad medioambiental en el diseño de viviendas colectivas.
El jurado internacional de esta primera edición del Premio Europeo de Vivienda Colectiva, presidido por la arquitecta francesa Anne Lacaton, ha elegido entre las 171 candidaturas presentadas procedentes de 19 países europeos (Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumanía, Serbia, Suecia y Suiza) las dos promociones ganadoras en las dos categorías en las que se organiza el premio: Renovación y Nueva Construcción.
Fotografía: Paola Corsini.
El proyecto, que se finalizó en 2023, consistía en la reconversión de un edificio de almacenamiento de vino en 64 apartamentos, un café-bar, un espacio comercial, habitaciones, un espacio colectivo, una terraza en la azotea, salas de ensayo de música, parking y aparcamiento para bicicletas.
Fotografía: Paola Corsini.
Valoración del jurado: "El proyecto demuestra que los edificios ordinarios y utilitarios tienen valor y pueden ser el soporte de nuevos proyectos creativos que aporten algo positivo al barrio y a la ciudad. No solo aporta calidad, sino vida adicional. Es sostenible gracias a la reutilización de la estructura existente de hormigón, que debe tenerse absolutamente en cuenta en el balance de carbono. Esta estructura existente se complementa con una nueva construcción que densifica y da una nueva identidad y nueva vida al lugar. En cuanto a la arquitectura, muestra una nueva forma de vivir y la imaginación necesaria para reinventar una estructura existente. Demuestra que transformar lo existente crea una calidad de vivienda nueva e inesperada que desafía las tipologías estándar. En cuanto a la infraestructura colectiva del edificio, cuenta con espacios colectivos que celebran y facilitan la vida en común".
Fotografía: Paola Corsini.
La expresividad de las columnas preexistentes del antiguo almacén de vinos, que definen el diseño, son también el símbolo de la sostenibilidad ecológica del edificio a través del tratamiento cuidadoso de la estructura original que, al mantenerse ha supuesto el ahorro del 42% de la energía gris del edificio. Por otra parte, el sistema fotovoltaico y la bomba de calor de aguas subterráneas generan dos tercios de la energía que consume el edificio.
Fotografía: Baku Akazawa.
La Borda es una cooperativa de viviendas que forma parte del parque de viviendas sociales de Barcelona realizada en 2018. El equipo de Lacol y la cooperativa La Borda priorizaron hacer un edificio con el mínimo impacto ambiental, tanto en su construcción como en su vida útil, y presta especial atención a responder ante vecinos en riesgo de pobreza energética. Se trata de una construcción en madera con 28 viviendas más espacios comunes, donde pasillos y circulaciones se convierten en espacios de estancia, descanso y socialización. La Borda es actualmente el edificio más alto construido con estructura de madera en España.
Fotografía: Lluc Miralles.
Valoración del jurado: "Se trata de un ejemplo destacado de desarrollo de vivienda colectiva en la ciudad en todas las fases del proceso. La ambición va más allá de la escala del edificio, al formar parte de un proceso ascendente de regeneración de todo el barrio. El concepto de vivienda aporta una nueva imaginación de la vida y la convivencia. Se trata de una cohabitación exitosa entre individuos, vida en común y compromiso público. La arquitectura aporta generosidad y demuestra que la transformación de los límites de la vida contemporánea convierte los retos técnicos en recursos, que junto a la sostenibilidad pueden abordarse de otra manera, dando prioridad a la calidad de vida. La introducción del sistema cooperativo como modelo alternativo a la producción de viviendas combina asequibilidad y calidad de forma acertada".
Fotografía: Álvaro Valdecantos.
El edificio buscó desde el inicio reducir la demanda energética optimizando el programa, renunciando al aparcamiento subterráneo, agrupando servicios y reduciendo la superficie de las viviendas. También se desarrollaron estrategias bioclimáticas pasivas para un consumo energético casi nulo y, por tanto, confort en las viviendas con el menor coste asociado; entre ellas, cubrir el patio con un invernadero que permite captar la radiación solar en invierno y tener un efecto chimenea para ventilar en verano; o una caldera de biomasa centralizada que permite optimizar la infraestructura de producción energética y mejorar el rendimiento y la tecnología al servicio de todo el edificio.
Fotografía: Ariel Huber.
Fotografía: Lucid.
Fotografía: Filip Dujardin.
Fotografía: Jimmy Thonon + Gatien Gregoire.
Fotografía: José Campos.
Fotografía: Tim Crocker.
Fotografía. Nicola Cagol.
Fotografía: GABU Heindl Architecture.
Fotografía: José Hevia.
Fotografía: Hertha Hurnaus.
Fotografía: Florent Larronde - Duncan Lewis.
Fotografía: Andrew Alberts.
Fotografía: Philip Heckhausen.
Fotografía: Martina Ferrera.
Fotografía: José Hevia.
Fotografía: Annett Landsmann.
El Premio Europeo de Vivienda Colectiva está impulsado conjuntamente por el Instituto de Arquitectura de Euskadi (Donostia-San Sebastián) y arc en rêve centre d'architecture (Burdeos), en colaboración con el Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco.
Tanto las candidaturas finalistas como las ganadoras conformarán una exposición, que se instalará en otoño en el Instituto de Arquitectura de Euskadi y, después, itinerará a arc en rêve.
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Publicado: Jun 7, 2024