Concéntrico tiene ya definidas algunas de las principales intervenciones que van a transformar Logroño del 19 al 25 de junio en un banco de pruebas a partir del que proponer nuevas formas de habitar las ciudades.
Desde 2015, Concéntrico ha realizado más de 150 instalaciones, ofreciendo tras diez años de recorrido un bagaje del que muchas ciudades extraen enseñanzas. Propuestas de Concéntrico han viajado a ciudades como como Madrid, Ciudad de Méjico, Medellín, Riad, Milán, Bucarest, Barcelona, Dammam, Huesca…, y una infinidad de arquitectos y diseñadores internacionales han aterrizado con sus propuestas en Logroño.
El alcalde de Logroño, Conrado Escobar, define Concéntrico como un laboratorio de creación urbana y referente en sostenibilidad, que en 2025 centra la programación en tres desafíos: el agua, la alimentación y el paisaje urbano.
Con este planteamiento se convocaron los tres concursos internacionales para 2025, que proponían el diseño de Objetos en la ciudad (para Logroño y para Bucarest) , la creación de un Tercer paisaje en un vacío de la ciudad y un Picnic en el viñedo.
Las propuestas ganadoras para diseñar las instalaciones de estos tres retos han sido:
Memoria del proyecto: Este proyecto explora, desde las prácticas del diseño, nuevas relaciones con los diversos ecosistemas no humanos que habitan ‘nuestras’ ciudades. Se trata de desplazar el papel hegemónico de la economía circular a la hora de abordar la crisis medioambiental para proponer otras maneras de ‘ser ecológico’. Crear nuevos imaginarios de carácter menos utilitarista y antropocentrista, pues pensamos que precisamente son estas actitudes las que nos han traído hasta la situación en que nos encontramos.
Inspirados en las relaciones simbióticas entre los seres vivos, creamos elementos que interactúan con muchos de los objetos ya existentes en nuestras ciudades, para formar nuevos ‘holobiontes’. Una táctica de gran economía de medios que evita la necesidad de nuevos soportes y resalta la enorme cantidad de objetos que habitan el entorno urbano.
La labor del diseño se manifiesta así en su faceta más híbrida, poniendo el foco deliberadamente en la acción relacional, en lugar de en la dimensión estilística o estetizante a la que a menudo se limita el diseño de producto.
Memoria del proyecto: Las ciudades son ecosistemas vivos en los que cada elemento puede desempeñar un papel activo. Entre ellos, las hileras de árboles callejeros se erigen en guardianes silenciosos de los espacios públicos, ofreciendo sombra, oxígeno y tranquilidad en medio de la bulliciosa vida urbana. «Me Apunto» pone de relieve un sentimiento esencial en el ámbito cívico -la sensación de participación y compañerismo- creando un nuevo vínculo entre los peatones y los elementos verdes de la ciudad.
El diseño modular presenta una serie de bancos enchufables con recortes dedicados a los árboles, transformando cada zona de asiento en una interacción íntima con la naturaleza, en la que el árbol se convierte en un compañero sentado. Su flexibilidad, modularidad y adaptabilidad le permiten integrarse perfectamente en diversos paisajes urbanos, desde bulliciosas plazas hasta tranquilos rincones de barrio. Al fomentar pequeñas pero profundas interacciones con la naturaleza, esta iniciativa reaviva el afecto por el entorno urbano, transformando los espacios públicos en un lienzo vivo de conexión y momentos compartidos.
Memoria del proyecto: El proyecto toma forma a partir de la definición de «jardín planetario» esbozada por Gilles Clément en el Manifiesto del Tercer Paisaje y El jardinero planetario. Según Clément, el «jardín planetario» representa un principio universal de cuidado y respeto de la biodiversidad, en el que cada individuo asume el papel de «jardinero»: la humanidad en su conjunto sirve de custodio y guardián de las innumerables formas de vida que habitan el planeta. La diversidad, en esta visión, garantiza nuestro futuro, ya que engloba la capacidad de regenerarse y adaptarse al cambio, ofreciendo a la humanidad una reserva de posibilidades ecológicas y culturales. Desde esta perspectiva, la ciudad (A) -entendida como el hogar de la humanidad y, en consecuencia, del jardinero planetario- se convierte en un espacio privilegiado en el que explorar nuevas formas de vivir y cuidar el territorio. Concebida como una alegoría de la «veranda del jardinero planetario» (B), la instalación funciona como una terraza abierta sobre el «jardín planetario» (C): un vacío urbano transformado en enclave del Tercer Paisaje, donde se protege y cuida la biodiversidad, no sólo por su valor intrínseco, sino también por su capacidad para mitigar los efectos del cambio climático. Como dispositivo pedagógico, la veranda invita a los visitantes a descubrir las ideas de Gilles Clément y a convertirse ellos mismos en «jardineros planetarios». A través del juego y la participación activa, toma forma la realización del propio papel en la preservación de unas condiciones de vida adecuadas para el planeta. De este modo, el proyecto transforma un espacio abierto ordinario en una experiencia viva de educación, responsabilidad colectiva y gestión compartida. Al final de su visita, esperamos que los participantes reconozcan el potencial de una nueva forma de vida. Esta renovada conciencia puede suscitar un compromiso colectivo para cuidar nuestro «jardín planetario», fomentando un futuro más sostenible e integrador para todos.
Memoria del proyecto: Como una instalación interactiva, Earth Cooking es a la vez un espacio de reunión y un proceso: una larga mesa comunal donde se invita a los participantes a utilizar la arcilla local para elaborar su propia cerámica, que se convierte en el recipiente para la comida comunal preparada in situ.
Se trata de reimaginar la comida comunitaria como una experiencia de trabajo compartido, profundamente arraigada en el entorno local. Al trabajar y comer con la arcilla de la finca, se renueva la conexión con la tierra y el terruño.
A lo largo de la historia, la arcilla ha sido un material fundamental para cocinar, comer y almacenar alimentos debido a su abundancia y versatilidad naturales. Antiguas civilizaciones, como la egipcia, la griega y la china, fabricaron ollas y hornos de barro para cocer pan, fermentar cereales y conservar líquidos, reconociendo las propiedades aislantes y de retención de la humedad de la arcilla. Desde la pachamanca andina hasta los tagines norteafricanos, los utensilios de barro no sólo realzaban el sabor mediante una cocción lenta, sino que también conectaban las prácticas culinarias con la propia tierra.
Tras la comida, la cerámica vuelve a la tierra gracias al método de cocción lenta utilizado. Este flujo continuo de la tierra a la mesa, y de vuelta a la tierra, convierte nuestra propuesta en un sistema totalmente circular, ya que todo lo que se toma se devuelve.
Esta comida celebra los productos locales, la artesanía y la sostenibilidad, desdibujando en última instancia la línea que separa al fabricante, el cocinero y el comensal. Invita a la gente a ensuciarse las manos, a dar forma al entorno y ser moldeados por él, y a redescubrir el placer lento y enraizado de hacer algo juntos, desde la base.
En 2025 se ha sumado a los concursos internacionales, un cuarto concurso centrado en la concienciación de que el cambio climático y la acción humana están convirtiendo las ciudades en islas de calor contra las que hay que proponer estrategias que alivien esta situación que afecta especialmente a la población más vulnerable.
Concéntrico, en colaboración con el Ayuntamiento de Logroño y LIF 2002, ha situado en el parque Felipe VI de Logroño la creación de un refugio térmico y el jurado, compuesto por Anatxu Zabalbeascoa, BEAR (Ane Arce + Iñigo Berasategui), Rafael Álvarez y Pilar Arce, MCruz Gutiérrez, Javier Peña, Ángel Carrero e Irene F. Garijo, eligió como ganador al proyecto “Al agua patos” de K37.lab, integrado por Carlos Iraburu Elizalde, Álvaro Oriol, José Rodríguez-Losada y Carlos Iraburu Bonafé, ha elegido el proyecto “Al agua patos” para visibilizar la necesidad de adaptación de la ciudad a los nuevos desafíos ambientales para mejorar la calidad de vida urbana.
Memoria del proyecto: Quienes somos del norte entendemos bien el concepto de una isla climática, porque nuestro entorno nos enseña que la propia naturaleza suele ser el mejor recurso para lograr un nivel de confort adecuado. La exuberante vegetación en estas tierras se extiende casi hasta fundirse con las aguas que la rodean, formando esos espacios intermedios que llamamos costa, los cuales parecen esforzarse por no desaparecer. Este límite entre agua y tierra es el que posibilita la interacción entre ambas realidades.
Tomando como referencia esta organización natural, se plantea una intervención estructurada en tres elementos: dos capas principales y el límite que las conecta. La intervención se delimita a una parcela hexagonal, pero pretende extenderse y reactivar todo el perímetro cercano. De este modo, se aprovecha y potencia el estanque existente como el núcleo principal de esta isla climática.
En el centro de la parcela, se dispone un gran jardín compuesto por vegetación de rápido crecimiento, bajo mantenimiento y adaptada al clima de Logroño. Esta vegetación, resistente a las altas temperaturas estivales y a la posible escasez de agua, combina plantas de baja altura con algunos árboles altos que permiten vislumbrar el paisaje a través del jardín. Este espacio verde, de 15 metros de diámetro, funciona como el pulmón ecológico de la intervención.
El límite entre el estanque y el jardín se convierte en el espacio habitable, el eje organizador de la propuesta. Este recorrido, protegido por el pulmón verde y orientado hacia el estanque, da sentido a la intervención. Para habitar y proteger este espacio, se proyecta una pérgola cuya función es similar a la de una sombrilla en la playa. Con una geometría circular que contrasta con el entorno dominado por la geometría, esta estructura utiliza un sistema modular de cables y perfiles metálicos que minimizan su impacto en el terreno. Su estabilidad se logra gracias a 12 mástiles principales que sustentan la pérgola.
El espacio generado en este límite busca revitalizar el estanque e invitar al usuario a sumergirse en él. O como se dice coloquialmente: “¡Al agua, patos!”. Este dicho, que alude al primer chapuzón de los patitos, simboliza la importancia de que los niños lideren la reactivación de este espacio diseñado para ser usado, pero que aún necesita vida.
Se trata de un estanque transitable con una solución técnica avanzada para el tratamiento y conservación del agua, además de un sistema automatizado que regula el nivel del agua y activa diferentes juegos y chorros interactivos.
Así, la propuesta crea una isla climática que, poco a poco, se contagiará al resto del entorno del estanque. Se trata de una intervención que no solo respeta las características del lugar, sino que se apoya en ellas y las potencia con el objetivo de reactivar y dar nueva vida a este espacio único.
Concéntrico 2025 se desplegará en Logroño del 19 al 24 de junio con intervenciones de creadores venidos de todo el mundo que llevarán a la ciudad sus propuestas, como son Leopold Banchini Architects, MVRDV, Zyva studio, SalazarSequeroMedina, Sam Chermayeff Office, Studio ACTE, Andreia Garcia + Diogo Aguiar, Bayona studio, Traumnovelle, Lemonot + O-SH, erazo pugliese, BairBalliet, Nami ñami Studio, Soft Baroque, Sahra Hersi, h3o architects, Emil Ivãnescu + Simina Filat Design, IC-98 & Suomi-Koivisto, Miastopracownia, Małgorzata Devosges-Cuber y Chris Kabel, entre otros, que interactuarán con las instituciones locales, especialmente las dedicadas a la enseñanza que, de manera activa, participan en el Festival.
La importancia que Concéntrico otorga a la formación en una cultura urbana activa se hace patente en el programa educativo que ha desarrollado a lo largo del último año, en el que, en colaboración con 32 centros educativos de toda España, artistas como Maider López y Matali Crasset, han llevado sus propuestas creativas a las aulas. Este programa incluye proyectos como "Nervaduras y conos", que busca conectar a los estudiantes con la naturaleza a través de la creación de arquetipos arquitectónicos, y "Cómo vivimos la escuela, cómo vivimos la ciudad", que anima a los alumnos a mapear sus experiencias en el entorno escolar y urbano.
La trayectoria de los últimos diez año de Concéntrico pronto va a poder consultarse en un libro que va a editar, con apoyo del Ministerio de Cultura, que ayudará a la necesaria reflexión de cómo deben ser las ciudades dle futuro.
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Publicado: Mar 22, 2025