Los Premios de las Artes de la Construcción Richard H. Driehaus juegan un papel muy importante en el mantenimiento y la revitalización de los oficios y las artes tradicionales de la construcción.
En un mundo donde la industrialización y la producción en masa a menudo dominan, las habilidades artesanales transmitidas de generación en generación (como la cantería, la forja, la carpintería tradicional, la cerámica, el yeso, etc.) corren el riesgo de desaparecer y esta búsqueda de los mejores trabajos alimenta con el conocimiento su práctica y demanda.
Las artes de la construcción tradicionales tienden a crear edificios y elementos que resisten el paso del tiempo, envejecen con dignidad y contribuyen positivamente al patrimonio cultural y estético de una comunidad. Al apoyar estos premios, se incentiva la creación de espacios y edificios que no solo son funcionales, sino también atemporales y estéticamente valiosos.
Muchos oficios tradicionales de la construcción emplean materiales locales y técnicas de bajo impacto ambiental, lo que los alinea con principios de sostenibilidad. Al valorar la artesanía, se fomenta una arquitectura que dialoga con su entorno, utiliza recursos de proximidad y reduce la huella ecológica. Además, la conservación del patrimonio existente (a menudo construido con estas técnicas) es una de las formas más elevadas de sostenibilidad, y estos premios reconocen a quienes trabajan en esa dirección.
Los Premios de las Artes de la Construcción Richard H. Driehaus, impulsados por la Fundación Culturas Constructivas Tradicionales, con el apoyo del Ministerio de Cultura y la colaboración de INTBAU España y del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, se convocan anualmente desde 2017 y se dividen en cuatro categorías que abarcan distintas disciplinas artesanales:
En esta edición, los premiados han sido:
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
Feliu Martín Farré pertenece a una destacada saga de canteros de Cataluña. Nacido en La Floresta (Lleida) en 1975, representa la tercera generación de una familia que lleva más de noventa años dedicada al trabajo de la piedra. Desde muy joven se formó en el taller familiar, bajo la supervisión diaria de su padre y de su abuelo, en un ambiente en el que el trabajo con la piedra ocupaba el centro de la vida laboral y doméstica. Allí aprendió el oficio como se ha transmitido durante generaciones: mediante la observación y la repetición paciente. Esa formación temprana se ha ampliado con los años a través de una larga experiencia en obra y un compromiso constante con la enseñanza del oficio.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
Canteros en la Sagrada Familia. Fotografía: ©Feliu Martin.
A lo largo de más de treinta años de trayectoria profesional, Feliu ha participado en la restauración de algunos de los monumentos más emblemáticos de Cataluña, como las catedrales de Barcelona y Lleida, los monasterios de Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges, o las iglesias románicas del Valle de Boí. Entre 2000 y 2017 trabajó en el templo de la Sagrada Familia de Barcelona, donde llegó a ejercer como jefe de canteros. Allí dirigió equipos internacionales y se especializó en la compleja geometría característica de la obra de Gaudí, basada en formas cónicas, parabólicas e hiperbólicas que se inspiran en distintos elementos de la naturaleza.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
Miguel Ángel Tapia es carpintero, escultor y ebanista, además de imaginero y tallista. Se formó en la Escuela de Artes de Valladolid y, desde entonces, ha dedicado su trayectoria tanto a la práctica de los oficios tradicionales de la madera como a su enseñanza. Desde su taller en Valladolid, Aquí se hacen Santos, realiza una obra que abarca desde elementos de carpintería e imaginería procesional hasta mobiliario artístico.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
Fiel a los procedimientos históricos pero abierto a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, Miguel Ángel emplea herramientas digitales en las fases previas del trabajo, aquellas que requieren mayor esfuerzo físico o repetición mecánica. Sin embargo, las partes fundamentales del proceso –como la talla propiamente dicha, los ajustes de ensamblaje o los acabados– las ejecuta siempre a mano, con las técnicas y herramientas tradicionales del oficio.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
Manuel Monteserín Santín es un maestro teitador, uno de los pocos artesanos que aún dominan el oficio del techado tradicional con paja de centeno, un saber milenario vinculado a la arquitectura popular de las montañas del noroeste peninsular. Originario de Balboa, una aldea leonesa en la frontera con Galicia y Asturias, su labor se inscribe en un paisaje cultural único, donde aún sobreviven pallozas y hórreos construidos con técnicas heredadas de tiempos prerromanos.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
Monteserín llegó al oficio de forma no premeditada, pero encontró en él una forma de vida. Aprendió directamente de los últimos teitadores de la región, como Dositeo de Canteixeira y Ramón de Campo del Agua, quienes le transmitieron los conocimientos asociados a un oficio que requiere una gran dosis de conocimiento técnico, paciencia y precisión.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
El proceso constructivo de estas cubiertas, completamente manual, comienza mucho antes de colocar la primera hilada de paja. El centeno debe sembrarse, recolectarse a mano, secarse y almacenarse con cuidado. Sólo entonces puede emplearse para formar las sogas que se utilizan en la fijación de la cubierta. Las estructuras, por lo general de madera de castaño, se ensamblan con herramientas sencillas –en este oficio se usan principalmente hachas– y se preparan para resistir la lluvia y favorecer la transpiración. El resultado es una cubierta funcional y duradera, capaz de regular la temperatura interior y evacuar el humo sin necesidad de chimenea.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
Juan José Gómez Delgado es herrero y uno de los principales referentes actuales en la recuperación y la práctica de la rejería tradicional andaluza. Nacido en Lebrija (Sevilla), donde vive y trabaja, aprendió el oficio en la escuela taller creada en esta localidad por el arquitecto Donald Gray a mediados de los años ochenta. Aquella experiencia no sólo le proporcionó una base técnica sólida en el trabajo del hierro, sino que también le inculcó una manera de entender el oficio basada en el respeto a la arquitectura tradicional y a los sistemas constructivos locales, con especial atención a las formas y soluciones propias de la rejería andaluza y, en particular, a los modelos característicos de Lebrija.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
En 1995 fundó su propio taller, Forja Lebrija, desde donde diseña y fabrica piezas nuevas de forja, reproduce y restaura modelos históricos y forma a una nueva generación de herreros.
Fotografía: ©Pablo Sevilla-Guillermo Gil.
A lo largo de su trayectoria ha combinado el trabajo de taller con la investigación. En muchos de sus diseños recupera elementos característicos de la rejería andaluza, como las volutas, las roscas y las presillas, así como técnicas tradicionales de forja como el remachado, el anudado o el engarzado. Muchas de estas piezas las crea en la fragua, ayudado de una amplia gama de herramientas manuales características del oficio.
Con el mismo espíritu de apoyar la riqueza cultural tradicional de la arquitectura y las ciudades, Richard H. Driehaus también organiza un concurso Internacional de Arquitectura, que en origen premiaba la arquitectura clásica en Estados Unidos, pero que al trasladarse a España, valora la arquitectura y el urbanismo que trabajan la tradición arquitectónica local y su identidad particular.
La edición actual comenzó en 2022 con el concurso de los municipios que propusieron emplazamientos sobre los que intervenir. Un jurado internacional seleccionó las localidades de Baltanás (Palencia), Irurita (Valle de Baztán, Navarra) y La Fresneda (Teruel) sobre las que en una segunda fase los equipos de arquitectos debían presentar sus propuestas.
En la segunda fase se han premiados las propuestas de diseño para los emplazamientos previamente seleccionados.
El jurado ha otorgado el primer premio a la propuesta Identidad Estereotómica, presentada para Baltanás por Carlos Vallecillos Moya, Javier Navarro Mateos y Guillermo Soria Alonso: Identidad Esterotómica.
El proyecto de recuperación y puesta en valor del entorno del barrio de bodegas se basa en la piedra y su identidad en el paisaje. Usando el material como regenerador urbano se restaura la armonía del conjunto y se garantiza una adecuada integración del barrio con el tejido urbano. Los espacios urbanos se jerarquizan desde la pavimentación en piedra local, insertando patrones de diferentes proporciones y tamaños dependiendo de la cercanía a los límites y trazas del territorio, buscando acuerdos entre la calle y la topografía en busca de diluir los límites entre la colina y el pueblo. La propuesta inserta nuevas piezas de mobiliario urbano que consolidan los vacíos y dialogan con el lugar.
Se han concedido, además, dos menciones honoríficas para los proyectos Al Cotarro, de Ramón Andrada González-Parrado y Alfonso Zavala Cendra, y Los Corros del Cerrato, del estudio franco-español Patio b, formado por Blanca Aguilar y Benoît Souli.
En el caso de Irurita, el primer premio ha recaído en la propuesta Ni Arrai!, elaborada por el equipo compuesto por Javier Manén, Enric Mas y Tomás Masó.
A través de un proceso de reconocimiento y dibujo del pueblo y sus entornos, se recopiló información sobre los usos actuales y pasados de estos espacios, así como las necesidades y expectativas de la comunidad.
Como resultado de esta investigación, se identificaron varios aspectos clave a mejorar en la plaza de rebote y la Casa Dolantxea. El diseño desarrollado busca reforzar las huellas históricas del lugar, mejorar su accesibilidad y fomentar la interacción entre los habitantes. Cada elemento arquitectónico ha sido concebido para cumplir múltiples funciones, desde la puesta en valor del Laxoa como parte del patrimonio cultural hasta la creación de espacios de reunión intergeneracional.
Se han concedido, además, menciones honoríficas a ¿Preparado para jugar?, de Ramón Preciado Jiménez y Miriam Larumbe Vinuesa, y Ventana abierta, del equipo integrado por Luis Felipe Pérez Villanueva, María del Carmen Crespo Pérez y Laura de la Mata Morales.
El primer premio ha distinguido el proyecto La Fresneda: Restoration of the hillside, realizado por los arquitectos polacos Oskar Alaburda, Oskar Pawłowski y su colaborador Mateusz Chołuj.
Después de realizar un análisis urbano y arquitectónico, se definieron las posibles formas futuras de desarrollo en terrenos privados y se planificaron los puntos de intervención de diseño en la colina. Las intervenciones clave incluyen:
- Mirador: Diseñado en la parte plana de la colina, cerca del cementerio histórico, debe ser un punto culminante arquitectónico y servir como punto de observación para toda la zona. Su arquitectura expresa continuidad con los mejores ejemplos de arquitectura local.
- Nueva escalera exterior: Una prolongación de la calle Castillo, enfatizando el eje de la calle y mejorando la estética del camino que conduce a las ruinas del castillo.
- Huerto: Rodeado por un muro de piedra, situado en la parte plana de la colina al sur del cementerio. Este lugar ofrecerá la oportunidad de involucrar a la comunidad local y promover un estilo de vida saludable.
- Casa de alquiler: En el solar de la antigua sacristía se ha diseñado un edificio de tres plantas (planta baja, primer piso y ático) con un centro de información turística en la planta baja y dos apartamentos en las plantas superiores.
También se han otorgado dos menciones honoríficas a Fraxinus Excelsior, de Víctor Guimerá Millán y María del Pilar Rama Lara, y a The Town on the Hill, de Nefeli Eforakopoulou y Michael Cradock.
El Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus es una iniciativa colaborativa apoyada por diversas instituciones: Fundación Culturas Constructivas Tradicionales (organizador principal); INTBAU (International Network for Traditional Building, Architecture and Urbanism); El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana; el Ministerio de Cultura y Deporte; el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE); el Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional.
Aunque el concurso esta planteado como una propuetas de ideas, uno de los criterios de valoración es que sea viable para la ejecución posterior. Tras el anuncio de los ganadores, la Fundación Culturas Constructivas Tradicionales, acompaña a los equipos de arquitectos y los equipos municipales para animarlos a presentar a diferentes programas para encontrar la financiación que requiere la propuesta: Avances en la implementación de las propuestas ganadoras del Concurso Richard H. Driehaus.
La entrega de los Premios de las Artes de la Construcción Arquitectura Richard H. Driehaus 2025 y del Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus 2025 ha tenido lugar en el campus de Segovia de IE University en donde, además, se ha inaugurado una exposición que recoge ambas iniciativas del mecenazgo de Driehaus en España.
La exposición “Materia. Oficio. Lugar” podrá visitarse hasta el 11 de octubre en el IE Creativity Center, ubicado en la Real Casa de la Moneda de Segovia.
En la muestra, junto al trabajo de los ganadores de los Premios de las Artes de la Construcción y el de los maestros premiados en 2024, así como las propuestas de diseño galardonadas en la sexta edición del Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus, y una selección del trabajo realizado por los maestros y aprendices beneficiarios de la última edición de las Becas Donald Gray de las Artes de la Construcción.
La muestra incluye, además, una sección dedicada al trabajo que impulsa en este campo Wesam Al Asali, profesor y coordinador en IE School of Architecture and Design de la colaboración con la Fundación Culturas Constructivas Culturales. Al Asali ha desarrollado iniciativas que incorporan saberes artesanales en la formación y práctica arquitectónica, articulando el diseño contemporáneo con las técnicas constructivas tradicionales. Su labor educativa abarca talleres con artesanos locales y el uso de tecnologías como la realidad aumentada para explorar nuevas metodologías de aprendizaje y creación.
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Publicado: Jun 21, 2025