La luz y el fuego se convierten en algo mágico a través de la arquitectura efímera en la comarca de la Garrotxa durante el mes de noviembre. El festival Lluernia celebra la luz, el arte y la arquitectura desde la sensibilidad y el paisaje, creando una experiencia colectiva y participativa única.
El festival Lluernia, nació en 2011 de forma humilde, “casi anecdótica uniendo el diseño y el esfuerzo de personas y colectivos diversos que se confluyen con la voluntad de crear un evento que nos conecte con el ambiente natural y urbano, recordándonos que el fuego de los volcanes y las luces del otoño forman parte de nuestra cultura colectiva” (Lluèrnia Associació Cultural (LLAC) extracto del programa en la edición 2016)
Instalación Sota una col de M.Clara Riera Escalona para Lluernia 2016. Fotografía: Marc Torra, Fragments.cat
Un evento singular, y una forma de entender la construcción de la arquitectura efímera en simbiosis con la vida de la comunidad y su hábitat que, en este caso tiene una presencia protagónica con la memoria viviente de los volcanes de la Garrotxa. El festival Lluernia tiene lugar en otoño, durante el mes de noviembre, celebrando el tránsito de la luz del verano al invierno de manera efímera. Los lugares adquieren, a través de la arquitectura efímera, una interpretación casi mágica que permite comprender los espacios cotidianos de formas sorprendentes.
“Nuestro calendario deja un vacío durante el mes de noviembre que se puede llenar con la celebración de Sant Martí, sacralización cristiana del dios Marte, que se asocia a la matanza del cerdo, a la bonanza del veranillo de su nombre, en el hogar, y en la luz (el arco iris) y por origen en el fuego, ya que también podría ser la despaganización del mito de Prometeo, el héroe que toma el fuego a los dioses y lo da a los humanos”. (Lluèrnia Associació Cultural (LLAC))
El festival es una actividad que puede emparentarse con otros eventos similares como la Fête des Lumières (Lyon, Francia), Mapping Festival (Ginebra, Suiza), la Festa de la Llum (Santa Eulàlia, Barcelona) o el Amsterdam Light Festival (Ámsterdam, Países Bajos). Sin embargo, la relación con la naturaleza y el paisaje dota a Lluernia de una mirada especial que es, cada año que pasa, capaz de aumentar la sorpresa y la magia que transmite.
El festival consiste en un conjunto de arquitecturas efímeras o acciones que tienen a la luz o al fuego como protagonista. Hay obras singulares que buscan crear espacios como Fontada (unparelld’arquitectes, Eduard Callís, Guillem Moliner, Xevi Rodeja y Claudia Calvet, 2020), Roges i Salvatges (Laura Medina Abellí, 2022), O (Bosch.capdeferro arquitectura, 2017) Fiat Lux.2 Olot (Antoni Arola, 2021); otros que interactúan con el visitante como Llar (Josep Ferrando, 2022), Al·luvió (Jordi Giner, Francisco Garrido y Alberto Moragrega, 2021), Niu de Foc (Jaume Tané, Xevi Bayona, Ariadna Castells, Marc Llorente, Aniol Coll y Emil Martínez, 2022), Hellcome (Javier Albo, Judit López, Marta López, Josep Rotger, Xavier Solsona, Arquitectura, Energía i Medi Ambient ETSAB, UPC, 2017), Sota una col (Clara Riera, 2016) o Away from Home (Quim Domene, 2019); otros capaces de interpretar el lugar de forma completamente diferente como Fake views (Albert Palazón, 2020), Lletres (Aixopluc, 2021) Cel·la Nómada (Adrià Goula, 2022), Pneumos (Escola Superior de Disseny i Art Llotja, 2022), Sfera (Xevi Bayona, Alex Posada, 2018).
Portada del programa del Festival Lluernia 2022.
Una de las figuras más singulares es el Hortelano de la luz, a quien se encarga la construcción de una arquitectura efímera o instalación con cierto carácter protagónico que muestra una historia o un concepto abstracto dentro de sí. Los hortelanos de la luz han sido Xavier Bayona Camó (2012), Lola Solanilla Ruiz (2013), Maria Güell Ordis (2014), Jordi Hidalgo Tané (2015), Clara Riera Escalona (2016), bosch.capdeferro arquitectura (2018), Quim Domene (2019), Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja (2020), Antoni Arola (2021) y Josep Ferrando (2022).
Recogemos en el artículos cuatro instalaciones efímeras de últimos festivales para incitar a la curiosidad por descubrir futuras propuestas.
El proyecto situado en las Fuentes de Sant Roc (Olot) se describe desde la integración en el lugar: “Tres terrazas de piedra volcánica y sendas filas de plátanos, configuran el mejor espacio público de Olot: las fuentes de Sant Roc. Es un lugar húmedo, sombrío y fresco, acompañado por el río y el rumor del agua. Resuelve felizmente el encuentro de la trama urbana con el entorno natural y, paradójicamente, se trata de una infraestructura que responde a la captación de agua, puentes y ferrocarril” (Memoria de proyecto)
Proyecto Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja, 2020. Plano de situación
Proyecto 'Fontada' de Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja, 2020. Sección. Ver PDF
Proyecto 'Fontada' de Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja, 2020. Planta y sección del proyecto. Ver PDF
El proyecto dota de una dimensión diferente al lugar, pero además le proporciona un uso diferente al habitual: “Este tipo de parajes cambia su carácter en función de si se visita individualmente o en grupo. Son espacios abiertos a la naturaleza con el resguardo de cierta urbanidad, apropiados para el paseo solitario y contemplativo. Al mismo tiempo, permiten acoger celebraciones multitudinarias alrededor de la fuente –fontadas- como festejos, comidas o conciertos. Ilustran esta dualidad las pinturas coetáneas de Santiago Rusiñol y Ramon Casas.”(Memoria de proyecto)
Proyecto 'Fontada' de Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja, 2020. Fotografía: José Hevia
Proyecto 'Fontada' de Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja, 2020. Fotografía: José Hevia
Proyecto 'Fontada' de Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja, 2020. Fotografía: José Hevia
El proyecto, situado a 3,5m del suelo, está compuesto por 150 bombillas y cables, creando una lámpara de salón de 8m de altura y 8m de diámetro en tres anillos. Su emplazamiento en un claro semicircular rodeado de árboles y una fuente, proporcionan una materialidad efímera única. Además todo el material utilizado, como suele ser común en Lluernia es reutilizable, en este caso los difusores como conos de hilo para maquinaria textil.
“La instalación reconoce el doble carácter del paraje: lo engalana celebrando su papel como estancia comunitaria de ciudad, al mismo tiempo que construye una atmósfera propicia para el paseo introspectivo. Durante las largas noches de invierno y pandemia de 2020, la luz, como un imán, invitó a los ciudadanos a redescubrir este lugar público único. Y no únicamente descubrir; al auspicio de la lámpara, las fuentes han vuelto a ser el escenario de un sinfín de actividades espontáneas. Por petición popular, la instalación siguió encendida otros tres meses.” (Memoria de proyecto)
Proyecto 'Fontada' de Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja, 2020. Fotografía: José Hevia
Proyecto 'Fontada' de Un Parell d'Arquitectes + Clàudia Calvet + Xevi Rodeja, 2020. Fotografía: José Hevia
El proyecto Llar del arquitecto Josep Ferrando se encuentra en uno de los tres cráteres de un antiguo volcán. Uno de ellos, privado, se convierte durante dos días en un espacio público a través de la arquitectura efímera. La obra busca recintar y cobijar dentro del espacio del cráter, crenado un efecto sombrilla y de embalaje sobre la topografía en forma de cuenco del propio espacio.
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Alzado
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Sección
La construcción del espacio, en estrecha relación con el paisaje, se realiza a través de tres conceptos esenciales: monumentalidad, geometría y eficiencia. La monumentalidad se trabaja desde el uso de un único material que proporciona sencillez y rotundidad. La geometría, a través de la materialidad, define una optimización de los recursos. Siguiendo el relato de la materialidad, la eficiencia se presenta como condición de una premisa inicial de proyecto, y es que este tenga sentido dentro de la economía circular.
El proyecto se despliega sobre el bosque haciéndolo desaparecer a través de un abanico de 130m de radio que no toca el suelo. La cuerda se teje con el paisaje, estableciendo una relación directa con el pasado textil de Olot, donde se fabricaban gorros. De la cuerda, se colgaban pequeñas piezas de luz que vibraban con los leves movimientos de la misma. Así el proyecto adquirió sentido tanto de día como de noche: durante el día, la sombra arrojada por la cuerda crearía un efecto variable y teatral, mientras que, de noche, las pequeñas luminarias vibrando convertirían al lugar en un espacio mágico poblado por “luciérnagas”.
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Julia de Balle
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Julia de Balle
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Julia de Balle
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Julia de Balle
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Julia de Balle
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Josep Ferrando
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Josep Ferrando
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Josep Ferrando
El material utilizado para construir el proyecto es la cuerda de polietileno, un material que no absorbe el agua, por lo que se puede reutilizar para la pesca, integrándose dentro de un mecanismo de economía circular y huella cero en el paisaje.
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Julia de Balle
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Julia de Balle
Además, la escala del proyecto conecta a la perfección con el visitante, produciendo una integración social perfecta. Esta relación produce una interacción instantánea con el visitante, un aspecto fundamental de la arquitectura efímera que no debe detenerse, como indica Ferrando, únicamente en la observación. Los visitantes podían interactuar con la arquitectura tocando las cuerdas, cuya vibración creaba un haz luminoso dinámico y juegos como “una carrera de luciérnagas” o “el crepitar del cráter”. Se convierte así, en un sistema flexible, una arquitectura efímera que a través del juego y la participación social crea una historia.
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Lala Osman
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Lala Osman
Proyecto Llar, Josep Ferrando, 2022. Fotografía: Josep Ferrando
El niu es una construcción hecha con materiales esbeltos y ligeros entrelazados que forman una estructura firme generando un refugio, un escondite, un sitio. Se dice que el fuego ahuyenta a los malos espíritus, purifica, protege y regenera. El fuego ha sido desde tiempos antiguos el faro de muchas fiestas en diferentes culturas, el centro donde se bailaba, el lugar de referencia para celebrar, comer, cantar y bailar. En ocasiones, se hacía fuego en los centros de las plazas y eran el medio del tráfico místico, en su interior se hacían rituales chamánicos. El fuego, además de calentar e iluminar, servía para sacrificar, quemando brujas o incrédulos purificándolos dentro de sus llamas. El fuego fue y es el centro de muchas celebraciones. El fuego nos ha unido, ha dibujado hitos verticales efímeros en nuestro paisaje, marcando el territorio, ordenándolo temporalmente y generando un centro, un sitio. Niu de foc es una estructura colectiva hecha con materiales delgados y ligeros entrelazados para erigir una instalación de gran formato, un hito vertical en medio de la plaza de Sant Miquel. Un nido capaz de guardar aire en su interior y ser un refugio visitable e iluminado en el festival. Durante la última noche de Lluernia, el nido se convierte en espectáculo, una forma de celebrar con fuego, con mucho fuego, con un nido de fuego. (texto: Xevi Bayona)
Foto: Xevi Bayona
Planimetría del Niu de Foc
Foto: Xevi Bayona
Foto: Xevi Bayona
Foto: Xevi Bayona
Foto: Xevi Bayona.
Foto: Xevi Bayona.
Foto: Xevi Bayona.
Bayona Studio también es autor de Habitare, una de las obras más destacadas de las recientes ediciones de Lluernia que reflexiona sobre la presencia y ausencia del hábitat.
Proyecto Habitare Fotografía: Xevi Bayona Studio.
En un solar donde varios hogares habitaban una casa, aparece un solar vacío con una estructura que, penosamente como un yugo, se sujeta la casa vecina. Una estructura que ya no es una casa y que recuerda formalmente, con líneas metálicas, que tal vez allí hubo alma, hubo vida.
Esquema de Habitare. Xevi Bayona
Habitare, o el hogar sin casa, es una instalación perecedera que se montó en Olot en noviembre de 2020 en el marco del festival Lluérnia. La génesis: el vacío causal por el derribo de una casa del casco antiguo ocupado por el andamio necesario para reforzar las casas adyacentes. Este andamio recorre de una manera aproximada la geometría de la casa derribada con una estructura que es pura tectónica: barras verticales y horizontales sin ningún tipo de plementería.
Habitare recupera los muebles que había en la casa, recogidos por toda la ciudad y precariamente restaurados, en una disposición similar a la existente. La instalación habita el andamio sin necesidad de construcción. Una instalación de luz y música con las lámparas existentes recorre todos los pisos de la casa. La vida ha vuelto y permanecerá en el recuerdo mientras los muebles resistan la intemperie.
Proyecto Habitare Fotografía: Xevi Bayona Studio
Hortelanos de la luz:
Fotógrafos: José Hevia / Julia de Balle / Lala Osman
Editado por:
Publicado: Feb 24, 2023