Carpinterías de aluminio de forjado a forjado y correderas de gran amplitud para permitir una vivienda abierta al entorno natural

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¿Dentro o fuera? Vivir en el paisaje

Narch firma esta vivienda unifamiliar con una arquitectura de bajo presupuesto pero sin renunciar a grandes aberturas acristaladas realizadas con sistemas de aluminio Technal.

La premisa principal del proyecto era potenciar al máximo la relación de la vivienda con el entorno natural. La parcela se encuentra en el límite del núcleo urbano de la población y goza de unas espectaculares vistas sobre los campos de cultivo, almendros y hacia el parque natural de Sant Llorenç del Munt i l'Obac. “La casa nos permite ver desde todas las estancias – explica el propietario – lo que vimos el día que decidimos comprar el terreno. Estamos en todo momento en contacto con la naturaleza y vemos cómo cambia el tiempo y cómo pasan las estaciones”.

Una casa que tiene más ventanas que paredes

Esta conexión visual permanente se consigue planteando un paralelepípedo regular cerrado a norte y este, en correspondencia con la calle y la finca colindante, y completamente abierto al jardín y al paisaje a sur y oeste. Las carpinterías de aluminio se instalan de pared a pared y de forjado a forjado, generando una fachada transparente que actúa como mirador. Lejos de limitarse a la percepción visual, esta relación dentro-fuera se extiende al uso de los espacios, permitiendo a los propietarios moverse libremente entre el interior y el exterior de la vivienda y disfrutar de cada estancia en función del momento del día, la época del año o de las condiciones meteorológicas. “La idea básica del proyecto – explica el arquitecto Joan Ramon Pascuets – era establecer una relación constante entre las personas y la naturaleza, permitiendo la máxima libertad de circulación a los usuarios y diluyendo el límite entre la casa, el jardín y el paisaje”.

El programa funcional

Para conseguir estos objetivos, y debido al desnivel de la parcela, se invierte la distribución del programa funcional que utilizan las casas vecinas: la cocina, zona de estar y dormitorios se sitúan en la planta baja con acceso directo al jardín; mientras, el estudio y el garaje se ubican en la planta primera, con acceso peatonal y rodado a la calle. El garaje, abierto al paisaje en tres lados, se transforma en un espacio multifuncional que actúa como una entrada escenográfica, un porche cubierto donde poder disfrutar del aire libre o una sala de juegos para los niños. Las dos plantas, distribuidas sobre una superficie 240 m2, se conectan mediante una ligera escalera de acero. La zona de estar se despliega a doble altura, de manera que el espacio interior goza de una gran amplitud visual y de un ventanal doble que se convierte en una “pantalla de gran formato” sintonizada constantemente con la naturaleza.

Los dormitorios se retranquean un par de metros respecto a la línea de fachada, generando un espacio intermedio entre interior y exterior: una galería-mirador con un sistema de ventanas correderas que permiten abrir completamente la casa al jardín. En la zona de estar las correderas abren incluso la esquina de la vivienda, magnificando la sensación de abertura y el efecto de voladizo que aporta la supresión del pilar en ese ángulo. Esta ligereza formal se consigue mediante una estructura de losas de hormigón horizontales y pilares de acero que liberan el espacio y eliminan las particiones, creando continuidad visual y límites diluidos.

Arquitectura eficaz y sostenible, construcción de bajo presupuesto.

La estética de la fachada y de los interiores es deliberadamente “unfinished”, tanto por la opción arquitectónica del proyecto, que busca la extrema esencialidad, como por las limitaciones presupuestarias marcadas por la propiedad. “Teníamos que construir con menos de 900 € por m2 – comenta Joan Ramon Pascuets – por lo tanto, todo lo que hemos colocado en la obra tenía que ser imprescindible. Hemos asegurado principalmente el confort para los usuarios y la máxima eficiencia energética de la vivienda, dejando a futuras intervenciones eventuales mejoras de los acabados”. Una parte importante de la inversión se ha realizado empleando sistemas que asegurasen una baja demanda energética: materiales aislantes en las paredes y la cubierta, cerramientos con elevadas prestaciones térmicas y cristales bajo emisivos. La orientación de la casa permite optimizar el control de la temperatura interior mediante la ventilación cruzada durante el verano y la aportación solar durante el invierno. Este uso inteligente de las estrategias medioambientales y de los sistemas pasivos ha permitido lograr la certificación energética clase A.


Cerramientos de aluminio

El hueco de la planta baja es una L con un lado de 12 metros y otro de 9 metros con la esquina abierta. Era necesario instalar un sistema de correderas capaz de abrir completamente la casa y al mismo tiempo mantener un óptimo aislamiento y seguridad. Se eligieron los ventanales Galene de Technal, que permiten instalar cristales de grandes dimensiones y aseguran una fácil maniobrabilidad, gracias a su sistema elevable.

Galene además cuenta con una solución de cierre en esquina que resultó perfecto para para resolver el ángulo abierto. En la planta primera, en cambio, se privilegió la ligereza visual de los perfiles de aluminio del sistema Soleal de Technal, que aporta elevadas prestaciones aislantes con una estética muy depurada.

Proyecto: Vivienda unifamiliar

Ubicación: Calders. Barcelona

Despacho de arquitectura: Narch

Arquitectos: Joan Ramon Pascuets/Mònica Mosset

Industrial instalador Aluminier Technal: Aluantrax

Soluciones Technal empleadas: correderas elevables GALENE, correderas SOLEAL

Fotografía: Adrià Goula

Realización vídeo: Mayo films

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Tectónica. Tectónica

Publicado: Dec 4, 2017

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