El Ministerio de Fomento ha otorgado Premio Nacional de Arquitectura 2019 al arquitecto portugués Álvaro Siza. Tras la sorpresa inicial, al no ser un arquitecto español, hemos reflexionado sobre nuestra propia experiencia con su obra y nos hemos dado cuenta hasta qué punto la arquitectura de Siza forma parte de la cultura arquitectónica española, no sólo por tener un buen número de obras en el territorio nacional sino porque sus enseñanzas han formado a un gran número de arquitectos en España, bien por su labor docente, bien por haber sido objeto de muchísima atención por los medios especializados, y, los más afortunados, por haber trabajado en algún momento en su estudio.
Álvaro Siza, Casa de Chá de Leça de Palmeira, Portugal, 1966.Foto: Roberto Collova. Fuente: a+u "Álvaro Siza 1954-1988".
Pasamos el verano de 1996 en Espinho, un pequeño pueblo cercano a Oporto, y tuvimos la oportunidad de escaparnos a visitar dos obras de Álvaro Siza, las piscinas y la Casa de Chá en Leça da Palmeira, de 1963 y 1966, respectivamente, y el pabellón de la Escuela de Arquitectura en Oporto, de 1985. El encuentro de la naturaleza con el artificio en las piscinas de agua de mar en la costa, el encaje de la casa del té en las rocas de la misma costa, la sorpresa del cálido interior encañonado para dirigir las vistas al espectáculo que es el Atlántico batiendo en esa zona, y la perfecta proporción de los espacios en el pabellón, cuya absoluta desnudez revaloriza ese valor inmaterial de estar en un interior especial, de nuevo muy bien integrado en su entorno natural, esta vez en una loma arbolada en la ribera del Duero, fueron sensaciones que han permanecido en la retina y que nos han servido de comparativa a la hora de valorar mucha de la arquitectura que visitamos.
Álvaro Siza, Pabellón de la Escuela de Arquitectura de Oporto, Portugal, 1985. Foto: Roberto Collova. Fuente: a+u "Álvaro Siza 1954-1988".
Desde entonces, los encuentros con la obra de Siza siempre han sido gozosos. El dominio espacial, de la luz que dirige los recorridos, la sabiduría en la elección y tratamientos de los materiales, son las herramientas con las que Álvaro Siza logra dar vida a la arquitectura; todas ellas, utilidades propas de la disciplina, pero que en el saber manejarlas con maestría, dominarlas, es en donde reside la expresión de la mejor arquitectura.
El viajar e ir persiguiendo obras de Álvaro Siza puede ser la mejor manera de seguir aprendiendo del maestro, porque sus obras hay que visitarlas, sentir sus cualidades espaciales que ninguna fotografía, ni ninguna realidad virtual, pueden transmitir.
Enhorabuena por este merecido premio y enhorabuena a la arquitectura española por haberlo hecho un poco nuestro.
Berta Blasco – José María Marzo, noviembre 2019
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Publicado: Nov 12, 2019